
Académico. Durante tres días, médicos, enfermeras y estudiantes adquirieron conocimientos sobre los trasplantes de órganos. ARMANDO ACEVEDO / EL SIGLO DE DURANGO
Muerte cerebral o encefálica es un diagnóstico necesario para la donación de órganos, el cual requiere de pruebas certeras que no dejen duda de la nula actividad cerebral, tema incluido en el quinto curso de Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos del Hospital General de Durango.
El curso abordó una explicación general de la prueba confirmatoria de muerte encefálica, la cual es el Electroencefalograma (EEG), a cargo del neurólogo Luis Ruano Calderón.
PRUEBAS
A nivel mundial, una persona requiere el diagnóstico de muerte cerebral, la cual se identifica por la nula actividad por electricidad.
A veces un electroencefalograma arroja baja o nula actividad un día y al siguiente se registra electricidad.
El especialista explicó que para el diagnóstico se debe considerar el ambiente del hospital y los aparatos cercanos. Un registro de actividad nula y después activa no es posible; lo que se capta es interferencia.
Para la donación, el EEG debe arrojar una actividad de onda plana.
El estado vegetativo también permite la donación de órganos; el cerebro está muerto y la persona no despertará, aun cuando respire con la ayuda de un aparato médico y su corazón lata.
Al curso acudió personal del área de Órganos y Trasplantes y del Centro Estatal de Trasplantes de órganos.
En México
14 mil pacientes en espera de un órgano o un tejido; siete mil 651 esperan riñón; seis mil 695, córnea; 346, un hígado; 42, un corazón.
Importancia
Los trasplantes de órganos y tejidos constituyen el avance terapéutico más importante de los últimos 50 años en la salud.