El jefe de la región militar, general Marco Antonio González Barreda, soltó un sutil manotazo a las autoridades de Coahuila y Durango al presentar los resultados del primer mes de la Operación Laguna Segura. Don Marco repasó las detenciones y decomisos realizados por el Ejército y reportó una baja en los homicidios. Si bien el general admitió que los golpes a integrantes y recursos financieros de los grupos criminales han provocado una alza en delitos como robos y asaltos, se tomó el cuidado de enfatizar que estos delitos “son del ámbito del fuero común”. El mensaje, para quien quiera escucharlo en los palacios de gobierno de Saltillo y Durango, es que las autoridades locales no se han puesto las pilas para frenar estos crímenes. Pero nuestros subagentes comentan que el comentario del jefe militar no alcanzó a llegar a las capitales.
Del lado de Durango, el gober Jorge Herrera Caldera sigue sin registrar los problemas de la Vicefiscalía para La Laguna, donde los funcionarios prácticamente dejaron de ir a trabajar y las agencias del Ministerio Público están desiertas. En Coahuila, el gober electo Rubén Moreira anunció que dejará las áreas de justicia y seguridad en manos de los mismos que las han manejado hasta ahora. De última hora, don Rubén cambió la designación para la Procuraduría de Justicia, pues se comenta que la candidata original, la magistrada Miriam Cárdenas, se echó para atrás, y al relevó mandaron a Griselda Elizalde. Al mismo tiempo, Domingo González Favela ya quedó anotado como jefe de la nueva Agencia de Seguridad Estatal. La cuestión es que ambos personajes actualmente son funcionarios de alto nivel en la Fiscalía General del Estado. Es decir, son los mismos que han visto, impávidos, cómo se han elevado los índices delictivos en el Estado, particularmente en La Laguna, sin hacer mucho para detenerlos, y menos para bajarlos. Si desde el principio se advirtió que la Operación Laguna Segura iba a ser temporal y condicionada a que los estados y municipios mejoren sus cuerpos de seguridad, no se ve que los gobiernos locales hayan empezado esta tarea.
Si faltaban indicios de que PASA tiene agarrado del pescuezo (por no decir otra cosa) al Municipio, el paro de labores de limpieza el del 21 de noviembre fue la conformación que faltaba. Como se sabe, la empresa decidió, por sus pistolas, otorgar el día feriado a sus trabajadores y aunque dicen que notificaron al Municipio, en la dirección de Servicios Públicos (de la cual depende la limpieza) ni siquiera lo registraron. La falta de aviso a la ciudadanía provocó descontento ante el cual las autoridades municipales respondieron con la apertura de un proceso administrativo del cual no ha salido ninguna sanción. Como el director de Servicios Públicos, David Fernández, andaba de vacaciones, la bronca le cayó a su subordinado Érick Ruvalcaba, director de Limpieza, que sólo atinó a decir que el aviso a los usuarios no era su responsabilidad. Al parecer, a nadie en la Presidencia Municipal pareció importarle que el lunes la ciudad amaneció llena de basura y todo indica que a PASA sólo le darán un pellizco. Hasta ahora no se han deslindado responsabilidades y los funcionarios que debieron estar al pendiente de que se cumpla la labor de limpieza siguen muy campantes en sus puestos. A estas alturas, ya no sorprenderá si un día falta el agua o se apagan todas las luminarias. Al cabo no pasa nada.
Al menos un funcionario del próximo Gobierno de Coahuila adelantará la transición y empezará a despachar desde el lunes en su nueva oficina. Dicen nuestros subagentes que el futuro secretario de Gobierno, Miguel Ángel Riquelme, ya se apoderó del despacho que ocupa David Aguillón, quien a si vez ya come ansias de irse a chambear como jefe de la oficina del gobernador, que concentrará áreas como agenda, giras, comunicación e imagen del gober Rubén Moreira. Se comenta que la razón se debe a que el próximo gober busca sentarse en la silla principal del Palacio Rosa con su modelo de administración ya bien armado. Para tal efecto, los operadores de don Rubén pusieron a chambear a los diputados (y que desquiten el último mes de sueldo) en la aprobación de la nueva Ley Orgánica de la Administración Pública, que creará nuevas secretarías (como la de Desarrollo Urbano y la de Cultura) y cambiará algunas estructuras del Gobierno estatal. Se dice que el objetivo de don Rubén es “poner orden”, aunque eso de andar cambiando secretarías e inventando modelos (recuérdense los tristes experimentos del Satec y la Fiscalía) fue algo de lo que echó mano la actual administración y dejaron un desorden.
El abrir y cerrar de cajones en la residencia del Embajador de México en España, allá por el barrio madrileño de Salamanca, se ha vuelto más furioso en los últimos días, pues dicen que a Jorge Zermeño ya le urge terminar de empacar para venirse a Coahuila a preparar su campaña al Senado. Nuestros subagentes comentan que la candidatura de don Jorge ya es un hecho y será por mayoría y no “pluri”, como se había especulado, pero en el primer lugar de la fórmula para que su regreso a la nómina del Senado esté garantizada. Obviamente esto le cayó como golpe en el estómago a los aspirinos Jesús Ramírez, Luis Fernando Salazar, Juan Antonio García Villa y Tomasa Vives. Pero las jerarquías se impusieron en esta ocasión. Al mismo tiempo, la grilla por las candidaturas a diputados también se empezó a calentar. El objetivo principal es el distrito 6 de Torreón, donde ya se amontonan los regidores Rodolfo Walss y Marcelo Torres, la síndico Natalia Virgil, el curuleco local Miguel Batarse y el delegado de la Reforma Agraria, Luis Gurza. Al menos don Marcelo ya piensa hacerse para atrás ante lo que será una carnicería dentro del PAN. Porque además, dicen los subagentes, el senador y primer compadre Guillermo Anaya anda buscando una “liana” para el 2012 y también buscaría esta postulación si no se le cumple su deseo de ser candidato “pluri” y ahorrarse la campaña. En cuanto al distrito 5, a ése nadie lo pela pues se antoja difícil y hasta ahora sólo se ha apuntado Blanca Eppen, que también quiere regresar a cobrar a la Cámara.
En los pasillos de la sede nacional del PRI se acumulan las quejas de que la embestida del empresario Armando Guadiana contra el jefazo del partido y gober con licencia, Humberto Moreira, no es (como diría la frase inmortal de don Armando) “honrada, honrada, lo que se dice honrada”. Como ya se había publicado aquí, el empresario parece “cilindreado” por el senador y fallido aspirino presidencial, Manlio Fabio Beltrones, para acalambrar a don Humberto, aprovechando que el propio don Armando todavía trae los calambres que le metió el “Gobierno de la Gente” con las cuotas por la comercialización de carbón, que le cuestan millonadas al año. En un principio, el empresario agarró la bandera de la deuda estatal pero luego diversificó sus reclamos e impugnó en el Tribunal Electoral la convocatoria lanzada por el jefazo del PRI para elegir candidato a la Presidencia, célebre porque fue “manoseada” para favorecer Enrique Peña Nieto. Varios analistas de café señalan que la estrategia jurídica fue armada en las oficinas de personajes cercanos a don Manlio (y no muy bien, por cierto, porque ya la tumbaron). En esta hipótesis, nuestros subagentes comentan que hay un personaje que podría quedar “prensado” en la polémica. Se trata del exgober Eliseo Mendoza Berrueto, resucitado en la nómina como curuleco local, y que pinta como futuro pastor del Congreso. Dicen que don Eliseo es “cuaderno de doble raya” de don Armando, quien habría penetrado el círculo “beltronista” a través de otro cuate del exgobernador, el senador Francisco Labastida. Si esto es así, don Eliseo tendrá que escoger mejor a sus amistades o quedar fuera de la jugada.
