Eduardo Mata, quien destacó como director de orquesta, tanto en su país, México, como en el extranjero, nació el 5 de septiembre de 1942, y murió el 4 de enero de 1995, en un accidente, cuando intentaba viajar de Cuernavaca a Dallas en su propio avión, luego de que uno de los motores falló, justo después del despegue y la nave se estrelló en la pista, al intentar realizar un aterrizaje de emergencia.
Mata desde pequeño realizó sus estudios de manera privada, por lo que se introdujo en la guitarra.
Sus padres fueron Federico Mata Sarmiento y Ana María Asiasín.
Eduardo Mata llega a vivir a la ciudad de Oaxaca a los 5 años, cuando su padre es nombrado Jefe de Hacienda por el presidente de México, Miguel Alemán Valdez.
En Oaxaca, Mata conoce la Banda del Estado, la cual escuchaba cuando acompañaba a su nana a sus clases de música. Posteriormente, regresa a la Ciudad de México, a la edad de 11 años.
Mata compone tres sinfonías, música de cámara, varias sonatas y algunas piezas de ballet. Su ópera “Alicia en dos actos”, con libreto de Lazslo Moussong, quedó inconclusa. Su tercera sinfonía y algunas piezas de cámara han sido grabadas.
En 1957 compone su "Trío para Vaughan Williams" y en 1960 "Sonata para piano". Eduardo Mata produce "Improvisaciones para clarinete y piano" (1961), "Sinfonía número 1 clásica" (1962), "Débora”, suite de ballet y "Sinfonía número 2 romántica" (1963).
A partir de 1960, ya como alumno del Conservatorio, estudia composición con Carlos Chávez, fundador de la Orquesta Sinfónica de México. En 1964, recibe la beca Koussevitzky para asistir al Instituto Tanglewood, lugar donde estudia con reconocidos profesores de dirección y composición, tales como Max Rudolf, Erich Leinsdorf y Gunther Schuller, respectivamente.
En 1965 fue nombrado director del Departamento de Música de la UNAM y titular de la Orquesta de Guadalajara. Mata dirige también la orquesta de la universidad, que se convierte en la Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM).
En 1972 dejó México para dedicarse a la dirección de la Orquesta Sinfónica de Phoenix.
En 1974 dirigió la Filarmónica de Berlín y en 1976 la Orquesta de Estocolmo.
No obstante sus compromisos, Mata regresa a Oaxaca para dirigir la Banda de Música del Estado, en un concierto dominical y, en 1976, lleva a la Orquesta Nueva Filarmónica de Londres al Teatro Macedonio de Alcalá.
Asimismo conduce la Orquesta Sinfónica de Dallas entre 1977 y 1993, al tiempo que es director invitado en orquestas renombradas europeas, latinoamericanas y de Estados Unidos. Es así como realiza más de 50 discos con distintas orquestas.
También muchas de sus grabaciones incluyen piezas de compositores latinoamericanos. Mata contribuye al fomento de la calidad, el talento y el renombre del Sistema de Orquestas Juveniles de Venezuela, especialmente junto a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar. En 1984 ingresa al El Colegio Nacional.
A partir de 1982 inaugura el Festival de Primavera para celebrar los 450 años de la fundación de la Ciudad de Oaxaca, hasta 1985, cuando dirige la Banda de Música del Estado y a una pequeña orquesta integrada por músicos oaxaqueños, en el Teatro Álvaro Carrillo.
La Fonoteca Eduardo Mata en su blog menciona que hacia finales de los ochenta y principio de los noventa Mata apoya al patronato para la restauración del órgano de Tlacochahuaya y, en 1986, dirige en el Festival Internacional Cervantino el Concierto de Brandenburgo, con una orquesta de cámara formada expresamente para esa presentación.
En 1993 Mata dirige a “La camerata” y al pianista Alberto Cruzprieto en el Ex Convento de Santo Domingo de la Ciudad de México. Después, se convierte en miembro del Pro-Oax para sumarse a los trabajos de dicha asociación civil, un puesto que firma ante notario.
En 1994 Mata dirige a los solistas de México con la intención de ayudar en la restauración del Teatro Macedonio Alcalá, de Oaxaca.
Tenía siempre en mente múltiples proyectos, por ejemplo, impartir seminarios de dirección orquestal, formar músicos mexicanos, realizar giras internacionales con solistas de México y grabar una serie integral de música Iberoamericana.
Mata expresó alguna vez: “En realidad la música no existe hasta que suena. Es decir, hasta que el intérprete la realiza en el tiempo. La responsabilidad del intérprete se convierte entonces en una forma de creación.”