José Clemente Orozco falleció el 7 de septiembre de 1949 en la Ciudad de México, y fue sepultado en la Rotonda de los Hombres Ilustres, honor que, por primera vez en México, se dio a un pintor. INTERNET
Considerado con el fundador del muralismo, el pintor mexicano José Clemente Orozco Flores, oriundo de Zapotlán el Grande, ahora Ciudad Guzmán en Jalisco, nació el 23 de noviembre de 1883.
A los 7 años se trasladó junto con su familia a la Ciudad de México, donde comenzó a tomar clases nocturnas de dibujo en la Academia de Bellas Artes de San Carlos, entre 1906 y 1910, de acuerdo con información difundida por el portal de Internet “colegionacional.org.mx”.
En 1916, presentó su primera exposición individual en la librería “Biblos”, la cual fue poco comprendida por la novedad de su arte, y un año después en 1917, pintó algunas de su obras más reconocidas: “Soldaderas”, “Combate” y “El retrato de su madre”.
Al surgir el Renacimiento de la pintura mural en 1922, con patrocinio estatal, José Clemente Orozco se reservó las paredes del patio grande de la Escuela Nacional Preparatoria del Antiguo Colegio Jesuita de San Ildefonso.
En 1925, pintó su obra “Omnisciencia”, un mural en la Casa de los Azulejos y en 1926, realizó la interpretación del periodo posrevolucionario en la Escuela Industrial de Orizaba.
De 1927 a 1934, radicó en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, donde pintó una serie de cuadros que mostraban el carácter deshumanizado y mecanicista de la gran metrópoli, y otro con temas mexicanos sobre la Revolución.
En 1930, realizó varios murales entorno a la fraternidad, la esclavitud, el trabajo, las artes y las ciencias, conforme a las teorías de la simetría dinámica, de regreso a México realizó un gran tablero para el Palacio de Bellas Artes que Justino Fernández denominó “La katharsis” en 1934.
Posteriormente, entre 1936 y 1939, trabajó en Guadalajara, donde pintó los muros del foro del paraninfo de la Universidad, además la escalera del Palacio de Gobierno y la capilla del Hospicio Cabañas.
En 1940, estuvo a cargo de la decoración de la Biblioteca “Gabino Ortiz” de Jiquilpan, Michoacán, y ese mismo año viajó a Nueva York para pintar, por encargo del Museo de Arte Moderno, un tablero dividido en seis partes movibles, que tituló “Dive bomber”.
Su talento quedó impregnado también en la iglesia del Hospital de Jesús, en la Ciudad de México; desde 1944 hasta 1946 hizo pintura de caballete, retratos y decoraciones para ballet.
En 1947 el arquitecto Mario Pani le ofreció la primera oportunidad para realizar una obra al exterior en el recién terminado edificio de la Escuela Nacional de Maestros, igualmente en el interior de este recinto, justo en su vestíbulo pintó al fresco unos tableros que denominó “El pueblo se acerca a las puertas de la escuela”.
Un año después, en 1948 hizo el tablero “Juárez” para la sala de la Reforma del Museo Nacional de Historia, en el Castillo de Chapultepec, y entre 1948 y 1949 pintó la media cúpula de la Cámara de Diputados de la ciudad de Jalisco y el frontón del recinto.
José Clemente Orozco tomó posesión como Miembro Fundador de El Colegio Nacional el 15 de mayo de 1943; Institución en la que presentó seis exposiciones a partir de esa fecha
En 1946, fue reconocido con el Premio Nacional de Artes, y según la crítica especializada en los últimos años su estilo se fue simplificando, buscando sobre todo un carácter más dramático y violento, que le aproximara más al expresionismo.
José Clemente Orozco falleció el 7 de septiembre de 1949 en la Ciudad de México, y fue sepultado en la Rotonda de los Hombres Ilustres, honor que, por primera vez en México, se dio a un pintor.