EL UNIVERSAL
Entre tiburones, huachinangos y mantarrayas la muerte se abrió paso hasta llegar a los ventanales de las peceras del Acuario de Veracruz donde trató de espantar a los turistas que admiraban la fauna marina. Lejos de causar terror, la calavera acuática provocó la euforia de los asistentes quienes trataban de tomar la fotografía para recordar el Día de Muertos en el Puerto Jarocho. Se trataba de uno de los buzos profesionales que trabajan en ese centro y que desde el 1 de noviembre hace sumersiones disfrazado de calaca para celebrar los festejos de Todos los Santos.