
El autor confeso de la matanza de 77 personas en Oslo y Noruega, en julio del año pasado, describió este viernes, en la quinta audiencia de su juicio, detalles de los hechos en Utoya, para los cuales comenzó a prepararse en 2006.
Anders Behring Breivik, el llamado asesino de Oslo, relató hoy ante la corte que cuando sacó su arma frente a los jóvenes en la isla de Utoya, éstos se quedaron paralizados y que antes de disparar le suplicaron por su vida.
El autor confeso de la matanza de 77 personas en Oslo y Noruega, en julio del año pasado, describió este viernes, en la quinta audiencia de su juicio, detalles de los hechos en Utoya, para los cuales comenzó a prepararse en 2006.
Ante los jueces, que deben decidir si el ultraderechista de 33 años está cuerdo o no, Breivik dijo que normalmente era una persona agradable, pero que debió reprimir sus emociones para llevar a cabo los ataques.
Breivik hizo estallar un coche bomba cerca de edificios del gobierno en Oslo, matando a ocho personas, y casi de manera paralela disparó contra jóvenes del Partido Laborista en la cercana isla de Utoya, quitándole la vida a 69 de ellos.
Según el asesino confeso, antes de disparar a sus primeras víctimas "cien voces" en su cabeza le decían que no lo hiciera, pero después de ese momento de vacilación apretó el gatillo apuntando a la cabeza de dos personas y comenzó a "moverse" por el lugar.
Sin mostrar ninguna emoción, Breivik afirmó que entró a una cafetería donde varias personas se escondían, algunas de las cuales quedaron completamente paralizadas, "no podían correr" pese a que en ese momento se quedó sin municiones y recargaba su arma.
"Esas personas suplicaban por su vida. Yo sólo les disparé en la cabeza", relató Breivik en la sala de audiencias, donde el silencio fue reemplazado por sollozos, de acuerdo con reportes de la cadena de noticias British Broadcasting Corporation (BBC).
El ultraderechista admitió ser autor de las muertes, pero negó de nueva cuenta cualquier responsabilidad penal, al argumentar que actuó en defensa del multiculturalismo en Noruega.
Indicó que sus planes eran que el ataque de Olso fuera el más importante y que el de Utoya "un refuerzo", sin embargo éste se convirtió en el mayor luego que el primero no tuvo el alcance que esperaba.
Refirió que en 2006 inició un programa de "deshumanización" para prepararse a llevar a cabo los ataques, ya que la empatía no le permitiría actuar, "me desmoronaría mentalmente si trato de comprender lo que hice", puntualizó.