La apendicitis aguda se define como la inflamación del apéndice cecal y es la urgencia quirúrgica más frecuente. Se presenta en todas las edades, con un predominio en la 2ª y 3ª década de la vida. Al 8 por ciento de la población se le ha practicado apendicectomía.
El apéndice cecal es una estructura tubular que se desprende del intestino grueso y forma parte de éste, pero no participa en las funciones digestivas. Su posición y estructura la predisponen a sufrir obstrucción de su luz, acumulando en su interior secreciones mucosas que la distienden e infectan, integrando así el cuadro clínico de apendicitis aguda.
El diagnóstico temprano es de capital importancia; retrasar su tratamiento quirúrgico conlleva un mayor porcentaje de complicaciones y riesgo de muerte, especialmente en pacientes que están en edades que corresponden a los extremos de la vida.
Por tratarse de una afección común, se pensaría que el diagnóstico es fácil, pero no siempre es así, ya que tiene diferentes formas de manifestarse sobre todo en los niños y ancianos. El diagnóstico también se ve frecuentemente enmascarado por el uso de analgésicos y/o antibióticos autoadministrados, lo que provoca que el diagnóstico sea tardío y a menudo existan complicaciones.
Las personas deberán tener en mente los síntomas y signos sugerentes de apendicitis aguda con el fin de no administrar medicamentos y acudir a una valoración médica con el cirujano, quien es el especialista indicado para tratar esta enfermedad.
En relación a los síntomas, el dolor nace generalmente alrededor del ombligo y en pocas horas migra hacia abajo y a la derecha del abdomen seguido de náusea, vómitos ocasionales, pérdida del apetito y fiebre. La parte baja del abdomen se vuelve muy sensible y rígida, aumentando el dolor con cualquier acto que implique presión abdominal como el toser, caminar o simplemente comprimir la pared del abdomen.
El 25 por ciento de los cuadros apendiculares son atípicos, sobre todo en las edades extremas de la vida, ocasionando que el 50 por ciento de estos casos sean operados cuando ya existen complicaciones, de las cuales la más frecuente es la perforación, que posteriormente puede formar un absceso o una peritonitis generalizada. Con una mortalidad de un 2 por ciento. En mujeres embarazadas puede desencadenar prematuramente el trabajo de parto.
El tratamiento consiste en realizar una resección del Apéndice (apendicectomía) mediante una técnica abierta o por vía laparoscópica, esta última ofrece ventajas en pacientes cuyo diagnóstico es incierto, sobre todo en mujeres en las hay mayor reporte de apendicetomías normales. La laparoscopia revela otras causas de patologías pélvicas.
*Cirujano laparoscopista. Profesor de Anatomía y secretario administrativo de la Facultad de Medicina de Torreón. U.A. de C. Correo electrónico: [email protected]
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La próxima colaboración será del Dr. Rogelio Recio Vega, endocrinólogo de la reproducción y toxicólogo.