Sandra Ávila Beltrán, lució hoy demacrada y con figura descompuesta en una sala de la corte de Miami, donde enfrenta cargos de tráfico de drogas. (Archivo)
Lejos de la imagen sonriente captada en el momento de ingresar a una prisión en México, Sandra Ávila Beltrán, lució hoy demacrada y con figura descompuesta en una sala de la corte de Miami, donde enfrenta cargos de tráfico de drogas.
De baja estatura y abundante cabellera negra, la llamada “Reina del Pacífico”, presunta operadora del Cártel de Sinaloa, se confundía entre los acusados del día, al ocupar el último asiento disponible en una esquina de la sala de corte.
Vistiendo un traje de reo de color kaki y con las manos esposadas al frente, Ávila Beltrán, de 51 años, apenas se hizo oír cuando el juez federal John O’Sullivan le preguntó su nombre y edad.
En su primera audiencia judicial en Estados Unidos, la mexicana dijo no entender el por qué se encontraba en una corte federal estadunidense.
“No entiendo” dijo con voz tenue en español, cuando el magistrado le cuestionó sobre su presencia en la sala del tribunal federal Clyde Atkins, el mismo edificio en el que se enjuició al exgeneral panameño Manuel Noriega por narcotráfico.
“Usted ha sido extraditada porque ha sido acusada de conspirar para importar cocaína a Estados Unidos”, le dijo el magistrado a la mujer a través de una traductora.
Ávila Beltrán enfrenta dos acusaciones en su contra por tráfico de cocaína de 1999 a 2004. La primera es por conspirar para importar a los Estados Unidos hasta cinco kilogramos de una sustancia controlada con cantidades detectables de cocaína.
La segunda es similar, pero es por la distribución de cinco kilogramos de cocaína durante el mismo periodo.
Ávila Beltrán fue detenida en septiembre de 2007 y acusada por la Procuraduría mexicana de introducir a México varias toneladas de cocaína en 2002 junto con su pareja sentimental, el colombiano Juan Diego Espinosa, alias "El Tigre".
La denominada “Reina del Pacífico” es sobrina de Miguel Ángel Félix Gallardo, fundador del extinto cártel de Guadalajara y uno de los máximos narcotraficante en el país en la década de 1980.
Sus padres son María Luisa Beltrán Félix y Alfonso Ávila Quintero, familiar del también exlíder del Cártel de Guadalajara, Rafael Caro Quintero.
El gobierno mexicano entregó la entregó este jueves a las autoridades estadunidenses en el Aeropuerto Internacional de Toluca, Estado de México, entidad vecina a la capital mexicana.
La acusada, de quien se presume que en algún momento fue intermediaria entre narcotraficantes colombianos y del Cártel mexicano de Sinaloa, tiene programada una nueva audiencia el próximo martes en el tribunal federal.
Como coincidencia otra presunta colaboradora del mismo cártel, la colombiana Dolly Cifuentes Villa, apodada “La Mena”, enfrentará proceso en el mismo tribunal y al mismo tiempo. Este jueves compareció por primera vez por cargos de narcotráfico.