'Se llevaron a mi hijo y se llevaron mi vida'

A escasos cinco metros de su casa estaba el hijo de Delia cuando se lo llevaron. Edson de la Rosa, de 20 años, tiene tres desaparecido. Desde entonces emprendió una búsqueda incansable, pues dice que es más doloroso vivir con la ausencia.

"Se llevaron a mi hijo y se llevaron mi vida", dice Delia, "nos mutilaron y este es el clamor que queremos que se escuche para que nos los regresen".

Son madres a quienes les fueron arrancados sus hijos y ya no pueden regresar a su vida normal porque para ellas eso ya no existe, ya no festejan el 10 de mayo, ya no les interesa, porque el único regalo en el que pueden pensar es en saber el paradero de sus seres queridos.

"Vivimos en una pesadilla, en una oscuridad, pero no nos vamos a cansar de esperar, porque una madre nunca se cansa de esperar a sus hijos", comenta, "esa es nuestra lucha, sólo que nos los entreguen, lo demás ya lo juzgará Dios".

María Elena dejó de ver a su hijo hace tres años. Miguel, de 24 años, fue a trabajar al centro de Torreón y ya no volvió a la casa. Ella no pierde la esperanza de encontrarlo, porque dice que él merece que ella lo busque, pero su vida ha dado un giro total desde ese día.

"Para nosotros ya no hay Día de las Madres, ni Navidad, ni nada, para nosotros ya nada es igual", dice, "nosotros no tenemos la culpa de esto que está pasando, de la violencia, nuestros hijos son víctimas, vivimos por el amor que le tenemos a nuestros hijos, por el amor y la esperanza de encontrarlos".

Cuando desapareció Paloma, su madre pensó que en seis meses la autoridad le resolvería. A los 27 días la encontraron muerta y 10 años han pasado sin que se aclare su asesinato. Su madre, Norma Ledesma, no ha parado de exigir justicia.

"Ha habido momentos en que ya no queremos seguir, momentos en que nos cuestionamos si vale la pena, pero nos quitaron la mitad de la vida, nos falta la mitad del corazón y seguimos viviendo porque la otra mitad lo está buscando", dice la mujer, a la que le han recomendado que siga con su vida, pero responde que no es posible continuar así y llora, a pesar de que cada vez que habla promete que será la última vez que derrame una lágrima.

El dolor, la indignación y la angustia de no saber dónde están sus hijos es lo que las mantiene unidas. "¿Dónde están?" se lee en sus cubrebocas, mientras que en sus playeras demandan que siga la búsqueda, que las autoridades no se crucen de brazos.

Una mezcla de amor y dolor las lleva a seguir buscando, en medio de un lenguaje de lágrimas, la esperanza las hace caminar, a no claudicar desde donde están, a reflejar su lucha y aunque saben que su vida nunca volverá a ser igual, están dispuestas a seguir haciendo eco y tocar puertas hasta encontrar a sus seres queridos.

"Que retiemble México por nuestra lucha, por donde quiera que vayamos", dice Norma.

Al grito de "vivos se los llevaron, vivos los queremos", las personas se retiran de la plaza y suben a los camiones, en los que parten con rumbo a Guanajuato. Allí participarán hoy en la Marcha de la Dignidad Nacional y mañana estarán en la Ciudad de México para un plantón organizado en el Ángel de la Independencia.

De Torreón acudieron alrededor de 45 personas representando a igual número de familias.

 SALEN TAMBIÉN DE SALTILLO

De forma simultánea, en Saltillo, alrededor de 50 madres de personas desaparecidas, integrantes de las Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (FUUNDEC), realizaron un acto simbólico para recordar el Día de las Madres.

"Celebraremos el día de las madres buscando la vida", enfatizó Diana Iris García, madre de una persona desaparecida.

Los indignados colocaron fotografías de las personas desaparecidas, posteriormente se formó un círculo para tomarse de la mano y entonar cantos alusivos a las madres.