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Bajo cero. La piel se refrigera a 80 grados bajo cero en el Banco de Piel y Tejidos del Instituto de Rehabilitación.
La piel es de un cadáver y ahora está en refrigeración en un Banco de Piel, a 80 grados bajo cero. Por razones de confidencialidad se desconoce el nombre de la persona de quien provenía. Ella o él donaron su piel para dar vida.
Tan sólo 6 pequeñas láminas de piel, equivalentes a un trozo de papel de china -con un grosor menor a medio milímetro- que se obtienen de las regiones posteriores del cuerpo como espalda, muslos, glúteos y pantorrilla, pueden ayudar a salvar la vida de tres niños con quemaduras muy graves.
Actualmente los métodos que se usan para atender a pacientes quemados son las cubiertas sintéticas, mallas de proteínas y piel de cerdo, pero ninguna favorece la regeneración rápida como lo hace la piel humana; sin embargo, su donación es mínima.
Una de las razones gira en torno al mito de que donar piel es como desollar a la persona, sin embargo es un procedimiento que no se nota, "no es mutilante ni deformante, no sangra y se toma sólo una capa superficial de las regiones posteriores del cuerpo", explica Francisco Martínez Flores, Jefe del Banco de Piel y Tejidos del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR).
Datos de la Secretaría de Salud federal revelan que en México se reporta anualmente alrededor de 114 mil accidentes por quemaduras, más de 11 mil ocurren en el Distrito Federal y la mayoría la sufren niños.
EN EL HOGAR, LA MAYORíA DE LOS ACCIDENTES
Mayra se castiga con el recuerdo. Piensa una y otra vez que fue su culpa y la ignorancia la que ocasionaron que Diego, con tan sólo tres años falleciera. Un cortocircuito provocó que el pequeño cuarto en el que habitaban se incendiara. Diego se encontraba aún dormido en el lugar, pues Mayra fue a dejar a otro de sus hijos a la primaria.
Relata que ante la falta de vivienda decidió unirse a un grupo de "paracaidistas", quienes invadieron un terreno en Ixtapaluca y, como todos, instaló un cuarto provisional de lámina, cartón y madera. Un corto en un "diablito" originó el incendio, el fuego se propagó rápido; muebles, ropa, todo se redujo a cenizas y Diego se encontraba adentro, solo, en espera de su mamá.
"Uno de mis vecinos lo sacó, estaba muy quemado de su cuerpo, cuando llegué no supe qué hacer, no paraba de llorar, por ignorancia le unté una pomada que me dio mi vecina en lugar de llevarlo rápido al doctor".
Diego llegó demasiado tarde para recibir atención médica y como su caso, en la que hay quemaduras de tercer grado, la piel de un donante cadavérico previo a la evaluación médica tal vez le hubiera salvado la vida al niño.
UNA SEGUNDA PIEL TEMPORAL
Para un paciente quemado, un implante de piel cadavérica es como una segunda piel temporal y es uno de los mejores tratamientos, pues es tejido vivo capaz de generar nutrientes, proteínas y factores de crecimiento que estimulan la zona dañada; beneficia el proceso de cicatrización, reduce el dolor y previene infecciones incluso mortales.
El procedimiento es especialmente para pacientes cuya superficie corporal dañada rebasa el 50 por ciento y que afecta a diferentes capas de la piel, incluso los tejidos subcutáneos, indica en entrevista el doctor Francisco Martínez Flores.
La piel se toma de los donadores tan pronto como haya ocurrido el deceso, o bien, hasta seis horas después de la muerte o incluso 12 horas después, dependiendo los casos, a través de una cirugía muy delicada y estricta en términos de esterilidad e higiene.
De acuerdo con el especialista, se extrae de la parte posterior del cuerpo, de donde se obtienen láminas de entre 7.5 centímetros de ancho y un grosor menor a medio milímetro; el resultado es una lámina de aproximadamente 30 cm de largo.
Las zonas del cuerpo más comunes donde se realiza trasplante de piel son: tronco, abdomen, manos y muslos. Más del ochenta por ciento de los donantes son mujeres.
En México, el Banco de Piel y Tejidos del Instituto Nacional de Rehabilitación, es la unidad capacitada y autorizada para obtener, procesar y almacenar piel de donadores cadavéricos a pacientes quemados. Inició operaciones desde 2009, y hasta este año se han procesado 27 mil centímetros cuadrados de piel.
Actualmente se almacenan cerca de 14 mil centímetros cuadrados, que se pueden preservar en congelación hasta por 10 años y tenerla disponible para salvar la vida de personas en situaciones de desastre o accidente, apunta el investigador.
Los criterios para descartar o aceptar donantes de piel son los mismos que se contemplan en el caso de otros órganos. Una de las diferencias es que en este tipo de trasplante no importa la compatibilidad porque no hay sangre de por medio, sólo se certifica que el tejido esté limpio, se realizan diversas pruebas para identificar la presencia de hongos, hay una etapa de cuarentena, todo un proceso.
Una vez que se tiene la certeza de que el tejido está sano se empaca y se almacena a 80 grados bajo cero en equipo especial, mientras es requerida para trasplantar una parte del órgano más grande del cuerpo humano que puede regalar vida: la piel.