El caudillo mexicano Doroteo Arango, también conocido como 'Pancho Villa' o el “Centauro del Norte”, fue uno de los iniciadores del movimiento revolucionario en México y a 135 años de su nacimiento, que se cumplen hoy, se ha ido desvaneciendo su fama de bandolero gracias a la reivindicación que de él han hecho escritores como Paco Ignacio Taibo II. ESPECIAL
Francisco Villa vio la luz el 5 de junio de 1878, en San Juan del Río, Durango, hijo de Agustín Arango y Micaela Arámbula, desde pequeño se dedicó a las labores del campo.
Tras fallecer su padre, tuvo que hacerse cargo de su familia por lo que consiguió trabajo de arriero en la hacienda “El Gorgojito” de Agustín López Negrete pero en 1894 tomo la pistola e hirió al hacendado tras encontrarlo ultrajando a su hermana.
Huyó al monte, donde permaneció escondido, ahí se unió a un grupo de bandoleros y para evitar ser reconocido, cambió su nombre por el de Francisco Villa.
De acuerdo con la biografía publicada en el sitio de internet “redescolar.ilce.edu.mx”, durante mucho tiempo vivió en rebeldía con el gobierno, internado en la serranía de Durango, donde consiguió organizar unas fuerzas que le seguirían lealmente.
En 1909 el entonces gobernador de Chihuahua Abraham González lo mandó llamar para entregarle armas y dinero, así, el 20 de noviembre de 1910 se levantó en armas contra el gobierno del general Porfirio Díaz.
Conoció a Francisco I. Madero en la Hacienda de Bustillos, donde recibió el grado de coronel, tomando parte de la junta convocada por Madero el 1 de mayo de 1911, a fin de organizar el ataque a Ciudad Juárez.
Tras la batalla, que terminó en victoria para los revolucionarios, Villa se instaló en la ciudad de Chihuahua donde por un tiempo se dedicó a la carnicería y el ganado pero al iniciar rebelión de Pascual Orozco, volvió a empuñar las armas y combatió en Chihuahua y Durango.
Se unió luego a Victoriano Huerta en Torreón y poco después fue ascendido a general de brigada honorario, obteniendo las victorias de Conejos y Rellano.
Poco después, Huerta sospechó de su lealtad por lo que fue capturado y encarcelado hasta 1912, año en el que consiguió escapar y llegar a Estados Unidos.
En 1913, tras la muerte de Madero, regresó a México y formó un nuevo ejército revolucionario conocido como la División del Norte con el que peleó al lado de Venustiano Carranza y Emiliano Zapata contra Huerta, quien se había erigido como dictador.
Juntos derrotaron a Huerta en 1914 pero al sentirse defraudados por Carranza, Villa y Zapata volvieron a tomar las armas en contra de su antiguo compañero de batallas, destaca el portal de internet “biografiasyvidas.com”.
Esta vez la suerte no estuvo de su lado, Álvaro Obregón derrotó a los villistas y Carranza se consolidó en el poder, logrando el reconocimiento oficial de su gobierno por los Estados Unidos.
En 1916, Pancho Villa atacó con sus tropas el territorio de Nuevo México y asesinó a 16 ciudadanos estadounidenses por lo que el presidente envió un ejército bajo el mando del general Pershing al norte de México para acabar con él.
Villa pudo librar la captura debido al gran conocimiento que tenía del territorio y el apoyo que le brindó la población campesina que cuidaba de él. Se mantuvo escondido hasta 1920, cuando el nuevo presidente, Adolfo de la Huerta, le ofreció una amnistía.
Finalmente, Villa se dedicó a trabajar sus tierras hasta el 20 de julio de 1923, cuando Jesús Barraza le tendió una emboscada en los alrededores de la ciudad de Parral y cayó asesinado, junto con su amigo, el coronel Miguel Trujillo.