Reconocido como uno de los precursores del Modernismo en la literatura hispanoamericana, Díaz Mirón se recuerda hoy a 85 años de su fallecimiento. ESPECIAL
Aficionado a los duelos y a las letras, el poeta mexicano Salvador Díaz Mirón supo convertir su vida en una leyenda llena de pasión, violencia y romanticismo, colocándose como maestro de poetas como Rubén Darío y Leopoldo Lugones.
Reconocido como uno de los precursores del Modernismo en la literatura hispanoamericana, Díaz Mirón, a quien se recuerda hoy a 85 años de su fallecimiento, nació en el estado de Veracruz, el 14 de diciembre de 1853.
Hijo de Manuel Díaz Mirón, quien fuera gobernador de Veracruz, y de la señora Eufemia Ibáñez, desde pequeño sintió una gran atracción por la literatura y en 1874 fueron incluidos algunos de sus escritos en una antología titulada “El Parnaso Mexicano”.
De acuerdo con la biografía publicada en el sitio de Internet del gobierno de Veracruz, el también periodista y político, casado con Genoveva Acea Ramón, estudió Humanidades en el Seminario de Xalapa.
Fundó y dirigió diversos periódicos como “El Veracruzano”, “El Semanario”, “Él Orden”, y “El Imparcial”, periódico del gobierno durante la dictadura de Victoriano Huerta, de 1913 a 1914, además de publicar artículos en revistas como “La Sensitiva”.
Compartió las mismas ideas políticas de Porfirio Díaz y las de Victoriano Huerta, al caer este último, Díaz Mirón se exilió en España y posteriormente viajo a la Habana en donde impartió clases de francés, historia universal y literatura.
Los poemas de Díaz Mirón se publicaron por cientos en los anuarios, almanaques, periódicos y revistas de su época pero su obra más reconocida y estudiada es “Lascas” de 1901, señalo el sitio de Internet “conaculta.gob.mx”.
Debido a lo violento de su carácter, el poeta, era aficionado a los duelos tanto que en su adolescencia encabezó una pandilla de tiradores y duelistas.
Cuentan que nunca perdió el gusto por los duelos y en 1879 retó a al entonces gobernador Luis Mier y Terán, después, en Orizaba, debido a los disparos de su contrincante, el poeta perdió el brazo izquierdo.
Díaz Mirón viajó por el mundo pero retornó a su natal Veracruz para permanecer sus últimos años en su casa y descansar, finalmente el 12 de junio de 1928, falleció a los 74 años de edad. Sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres, en la Ciudad de México.
