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Hablar de sexualidad con los hijos puede representar un momento angustiante y vergonzoso para los padres, hay quienes tratan de postergarlo, incluso hay quienes piensan que abordar el tema los alentará a tener sexo.
El momento adecuado para hablar sobre sexualidad será cuando los hijos comiencen a tener curiosidad por conocer su cuerpo o inicien con cambios físicos y emocionales.
El psicólogo clínico José Antonio Miranda Hernández, considera que es importante hablar de sexualidad con los hijos porque los padres son los principales modelos a seguir, y si no lo hacen, los niños y adolescentes no tendrán un desarrollo adecuado.
Existe la idea de que la sexualidad sólo se remite al sexo y al coito entre una pareja, pero también implica las emociones e identidad de una persona.
Si los padres no participan en esta educación, los niños o adolescentes no les tendrán confianza y tampoco contarán con información correcta sobre la sexualidad, de modo que buscarán informarse a través de internet o con los amigos.
Si bien en las escuelas los maestros tienen cada vez mayor disposición de hablar sobre sexualidad con sus alumnos, es responsabilidad de los padres de familia tratar este tema con sus hijos.
ELEGIR EL MOMENTO
Algunas personas consideran que la edad para abordar esta información es entre los 12 y 13 años, pero en realidad el momento adecuado es cuando los hijos comienzan a experimentar cambios emocionales y físicos.
“Si tengo cuatro hijos de diferentes edades, cada uno lo va a experimentar en etapas distintas, y como padre debo saber cuál es el momento adecuado para acercarme a ellos, usando siempre un lenguaje claro”, explica el psicólogo.
Un «lenguaje claro» es llamar a las cosas por su nombre. No es correcto decirle «pajarito» al pene ni usar otro tipo de palabras para evitar llamar vagina al aparato reproductor femenino.
El problema es que muchos padres de familia entran en angustia cuando hablan de sexualidad con sus hijos e incluso sienten vergüenza, lo que provoca que este tema se convierta en un tabú.
Ante esta situación, los hijos creen de manera equivocada que preguntar a los padres sobre la sexualidad es algo angustiante, un tema que debe hablarse en secreto o sólo entre hermanos y amigos.
“El lenguaje más apropiado es el directo, hay que llamar a las cosas por su nombre, por ejemplo: pene, vagina, menstruación. Hay que evitar hablar de manera burda o coloquial, porque la persona terminará por escucharse grosera y provocará confusión en sus hijos”, dice el especialista.
La confianza es la base, pues sólo de esta forma el niño o adolescente se acercará a sus padres, para hacerles saber las dudas que comienzan a inquietarlo acerca de su sexualidad, así como los cambios físicos y emocionales que experimenta.
“Muchos padres dicen ‘Yo no hablo con mis hijos porque no se me acercan’, y claro que no lo hacen porque no tienen confianza, ya que están alejados de ellos. A partir del acercamiento, los niños y adolescentes comenzarán a manifestar todas sus inquietudes”.
¿VAN A TENER SEXO?
El especialista considera un error pensar que entre más información reciba un niño o un adolescente sobre la sexualidad y el sexo, esto alentará su deseo de experimentar. “Por el contrario, al conocer el tema podrá decidir lo que le parezca mejor”, dice.
Generalmente, los niños comienzan a tener inquietudes por conocer su cuerpo a partir de los cinco o seis años de edad, porque quieren saber para qué sirve el pene o la vagina.
“Considero que la mejor edad para hablar de sexualidad con los niños es en sexto grado de primaria, porque coincide en que académicamente se tocan esos temas en la escuela, aunque hay niños muy abiertos y despiertos, con quienes se puede hablar desde quinto grado”.
Aunque existen centros educativos en el país en los que la educación sexual comienza desde los primeros años de educación primaria, tomando como modelo los programas de algunos países desarrollados que han logrado disminuir tasas de embarazos en adolescentes, así como enfermedades de transmisión sexual, etcétera.
“La sexualidad y el sexo son parte de la formación integral de una persona, y la manera de abordarlo dependerá de la situación y el momento en que los niños y niñas sientan necesidad de saber”.
Hay que dejar atrás mitos como la creencia de que hablar de sexualidad alentará a los jóvenes a tener sexo, que es más fácil hablar con un hombre que con una mujer, que los hijos no entenderán a los padres en este tema, entre otros.
“El sexo no tiene que ver sólo con el coito y la reproducción biológica, porque también está relacionado con las emociones, la confianza y la identidad, es decir, abarca procesos psicológicos muy importantes, no sólo el acto fisiológico”.
La formación sexual de un niño o adolescente definirá su comportamiento en la etapa adulta. La información correcta y oportuna puede evitar que sean abusados sexualmente o que se conviertan en agresores sexuales, y sobre todo previene embarazos no deseados y enfermedades como el VIH, entre otras.
PARA PREVENIR
El especialista comenta que es normal cuando un niño se toca porque quiere conocer su cuerpo; sin embargo, si su curiosidad va más allá y desea saber en qué consiste un acto sexual o experimentarlo, esto puede ser un signo de que es víctima de abuso sexual.
“Un niño no llega a ser más curioso de lo que su necesidad emocional y física lo demande, un niño toca su cuerpo porque quiere conocerse, pero si está pensando en relaciones sexuales o en tocar a una niña, es un indicio de que algo malo está pasando con él”.
En la adolescencia es cuando se interesan más por conocer sobre las relaciones sexuales, pero no por el acto en sí o el coito, sino porque quieren saber cómo interactuar con el sexo contrario, esto sucede a partir de los 10 años.
Antes de los 15 años, los adolescentes pueden experimentar la necesidad de tener relaciones sexuales, aunque lo hacen más por instinto que por conocimiento. El especialista comenta que la edad adecuada para iniciar la vida sexual, dependerá de la madurez emocional y fisiológica de cada persona.
Sin embargo, es una realidad que los adolescentes inician su vida sexual a una edad más temprana por la simple necesidad de experimentar, de ahí la importancia de que reciban información correcta.
Los padres sienten temor de hablar con sus hijos de sexualidad porque persiste la creencia de que si no tocan el tema serán buenas personas, pues en otras épocas el sexo era considerado algo «malo».
En la actualidad, la situación es diferente y los padres de entre 30 y 40 años se enfrentan al problema del internet, pues sus hijos buscan información en la computadora. El uso de la tecnología tiene muchos beneficios pero puede convertirse en un problema si los niños o adolescentes la usan como su única herramienta de información sobre la sexualidad, ya que esto puede provocarles confusión.
Es obligación de los padres informarse sobre el sexo y la sexualidad, pues aunque lo hayan experimentado eso no significa que tengan los elementos suficientes para hablar del tema; hay revistas, libros e incluso pueden consultar en internet información precisa sobre cómo hablar de sexualidad y sexo con los hijos. Asimismo, puede pedirse asesoría con un psicólogo o profesor.
Informarse y buscar los mecanismos adecuados son un deber y un compromiso de los padres hacia los hijos, pues de esta manera ellos podrán tener un desarrollo emocional y físico saludable.
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Fuentes: psicólogo clínico José Antonio Miranda Hernández.