El mismo Alfred Nobel, su descubridor, fue quien bautizó a ese invento como 'Dinamita', que se volvió sumamente popular y reemplazó a la nitroglicerina en usos como demoliciones o incluso como relleno explosivo en proyectiles. (ARCHIVO)
Hablar de inventos que pueden ser utilizados como armas o que representan en algunas situaciones una amenaza contra la integridad humana, es complicado; sin embargo, es innegable que tienen también un uso práctico en cuanto a otros objetivos.
Tal es el caso de la dinamita, un producto que, aunque le resulte sorpresivo, surgió como una propuesta más segura ante el uso generalizado de su predecesor, la nitroglicerina, descubierta en 1847.
Luego de que un accidente, precisamente manejando nitroglicerina, le causara la vida al hermano de Alfred Nobel, éste se concentró en la idea de dedicarse a "domesticar" dicho explosivo, relata The History Channel.
"El gran descubrimiento de Nobel fue cuando halló una tierra absorbente llamada 'Diatomita', que era capaz de esponjar grandes cantidades de nitroglicerina, pudiendo así moldearse en barras que resultaban mucho más seguras y estables, pero que no perdían el poder explosivo de la nitroglicerina", señala la fuente citada.
El mismo Alfred, fue quien bautizó a ese invento como "Dinamita", que se volvió sumamente popular y reemplazó a la nitroglicerina en usos como demoliciones o incluso como relleno explosivo en proyectiles, pero que actualmente ha sido ya también desplazada por otros explosivos como el TNT.
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