
¿Miedo a ser padre?
Como las madres cuando van a tener a su primer bebé, existen dos fantasías principales, una que el bebé sea el más hermoso de todos y, la segunda, que el bebé tenga una malformación o que nazca enfermo. Así, los papás primerizos comparten estas fantasías de las futuras mamás, además de incluir las cuestiones de responsabilidad, de ser un buen padre y de no ser excluido en lo emocional por la pareja, al momento del nacimiento, entre otros aspectos más, explica el psicólogo, José Antonio Miranda Hernández.
Como todos los seres humanos, los padres primerizos enfrentan sus propios sentimientos de hijos y de cómo se sintieron respecto a sus padres, lo cual muchas de las veces no está resuelto, pues algunos se sintieron abandonados, poco “pelados”, con falta de cariño, algunos otros muy felices, seguros, cómodos, lo cual produce en ellos una experiencia especifica lo que significa ser padres, que van a depositar sin lugar a dudas en el nuevo bebé.
Muchos de los nuevos papás incluso se vuelven aprensivos en función de que los padres lo fueron con él, o por el contrario, se vuelven despegados, porque ellos desean que su hijo no pase lo que ellos pasaron, cuando en realidad sólo están repitiendo los mismos aprendizajes que vivieron de pequeños.
Algunos otros, advierte el psicólogo, creen que con la llegada del bebé la pareja va a ocuparse más del rol de madre, dejando de lado el de esposa, por lo que el desapego o competencia con el bebé se hace evidente, aunque muchos de los hombres la quieran pasar de largo.
Es importante recordar que nadie nace aprendido respecto al tema de ser padres, destaca el especialista, y mucho menos el ejercicio de la paternidad en México había estado tan presente en la mente de los nuevos padres, debido a que ahora se le exige al padre más presencia afectiva y no sólo la presencia económica como hace algunos años, lo cual genera una ansiedad por el rendimiento y las expectativas respecto al rol de padre. Desde luego habrá quien la maneje en forma positiva esta ansiedad y quien no.
La mejor recomendación siempre, enfatiza, es que los padres vivan la experiencia propia y que el aprendizaje se dará conforme van sucediendo los acontecimientos, reconociendo que cada hijo es diferente y que cada experiencia es singular, aunque estar preparados sí incluye informarse y sensibilizarse sobre la labor de ser padres, y sobre todo de tener consciente sus propios pendientes respecto a lo que aprendieron de sus padres; los errores, las virtudes, el buen ejemplo, la dificultad para perdonar los errores, la necesidad de estar protegidos, etc.
El haber tenido una buena separación de sus propios padres, le va ayudar al nuevo papá de manera considerable, a tener una relación más independiente con el nuevo integrante de la familia, asumiendo que ahora se juega el rol de padre y no el de hijo.
Demasiadas ilusiones
Algunos padres cifran demasiadas esperanzas en su primer hijo, sobre todo con el primero y más, si es varón, pues sueñan conque sean muy inteligentes, que sobresalgan en todo lo que emprendan, pero luego comienzan las “desilusiones” para el padre, al darse cuenta que es un niño normal, como la mayoría, que no obtiene buenas calificaciones -o al menos no las que su progenitor esperaba-, que no ha sobresalido en el deporte y que lo más probable es que no comparta las ideas de su papá, pero el problema es que es el padre el que idealizó a su hijo, como si fuera el mejor de todos los niños, sólo porque es su hijo.
Cuando son varios los hijos, la situación no suele ser tan importante, pues el papá poco a poco se va dando cuenta que cada hijo o hija tiene sus cualidades, algunos son muy cariñosos pero flojos para el estudio, otros son “secos”, poco cariñosos, pero destacan en la escuela o la actividad que se dediquen y hay también los hijos ocurrentes, chistosos y que siempre hacen reír a sus hermano o padres con sus “puntadas”. En ocasiones suele aparecer además, la “oveja descarriada”, el que se resiste a las reglas familiares y que se vuelve un dolor de cabeza para los padres si no se atiende a tiempo esa situación a fondo.
Lo importante en todo caso, es quererlos y apoyarlos en las diferentes etapas de su vida, que sientan ese apoyo verdadero que les va servir para desenvolverse en esta sociedad cada vez más competida en todos los aspectos y que sepan que se van a equivocar y a caer, pero lo importante es que tendrán que rectificar, levantarse y volver a empezar.
Muchos de los nuevos papás se vuelven aprensivos en función de que los padres lo fueron con él, o por el contrario, se vuelven despegados, porque ellos desean que su hijo no pase lo que ellos pasaron.