El casco histórico del Viejo San Juan esconde en la calle Tetuán una de las casas más estrechas del mundo, de cerca de 1.3 metros de ancho, vestigio de una época de alta densidad de población en la capital puertorriqueña.
Quienes visitan Puerto Rico tienen una cita ineludible con el Viejo San Juan, el barrio colonial de la capital caribeña, que en una de sus típicas calles de claro sabor español muestra una de las curiosidades más destacadas de la urbe con esta diminuta vivienda.
Una persona de tamaño normal que estire sus brazos tocará las dos paredes de la casa, mostrada por los guías turísticos que recorren la vieja ciudad a los visitantes foráneos, en lo que es ya una parada obligatoria en los recorridos del Viejo San Juan.
La casa está hoy pintada de amarillo y parece atrapada entre las dos construcciones que lindan con este pequeño edificio de dos alturas y una profundidad de solo 11 metros.
Arquitectos e historiadores achacan que haya llegado hasta nuestros días una vivienda de esas dimensiones a la necesidad que hubo siglos atrás de economizar espacios en un escenario de un San Juan muy poblado y entonces restringido a las murallas de la ciudad antigua, lo que hoy se conoce como el Viejo San Juan.
El profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Puerto Rico Jorge Lizardi apunta que se trata, sin duda, de la casa más estrecha de Puerto Rico y probablemente del mundo.
La vivienda "La estrecha" -apelativo por el que es conocida por algunos lugareños-, se encuentra en el número 10 de la Calle Tetuán y es visible desde el popular Paseo de la Princesa que bordea el Viejo San Juan.
La pequeña casa está en obras con el fin de convertirse en un futuro en una galería de arte, sin duda de pequeñas dimensiones.
