Viaje. Filipe Masetti Leite es brasileño y periodista, desde hace siete meses recorre diversos países para dar a conocer al mundo que en América hay buenas personas.
El ocho de julio de 2012, Filipe inició un viaje a caballo de 16 mil kilómetros. Partió de Canadá y llegará hasta Brasil, sólo con un objetivo: mostrarle al mundo que en América del norte, central y sur, hay personas buenas que sólo desean vivir en paz.
Filipe Masetti Leite es brasileño y periodista. Cabalga a paso lento para conocer la vida de las personas de cada lugar que encuentra a su paso. Con una cámara de video graba historias a diario, y a través de las redes sociales las da a conocer al mundo.
"Quiero mostrar que hay personas muy buenas. Para hacer un viaje a caballo se necesita mucha ayuda de la gente como agua, comida y un lugar para descansar. No es lo mismo que andar en bicicleta, moto, o cualquier otro vehículo".
Salió de Calgary en la provincia de Alberta, Canadá, y ha pasado por Montana, Wyoming, Colorado, Nuevo México, Texas, Chihuahua y Coahuila. Su paso es de cuatro kilómetros por hora.
En Ojinaga, Camargo, Jiménez y Torreón, Filipe ha encontrado la ayuda de muchas personas para descansar y alimentar a sus animales. En su camino, lo acompañan tres caballos de nombres Frenchie, Bruiser y Dude.
Su idea es platicar con todas las personas para saber si son felices y qué les preocupa, "quiero demostrar que todos somos hermanos, no importa que seamos de diferentes países".
Hasta el momento ha recorrido alrededor de cuatro mil 500 kilómetros. Ha sido un camino lleno de aventuras como cuando uno de sus caballos se cayó a un barranco o cuando le salió un oso grizzly.
De Torreón seguirá por Zacatecas, Distrito Federal, Oaxaca, Guatemala, Honduras, Costa Rica y Panamá, de donde tomará un barco para llegar a Colombia, y de ahí a Ecuador, Perú y finalmente Brasil, país de donde es originario.
Cuando era un niño, su padre le platicaba de un hombre que salió a caballo de Argentina hacia Nueva York, en 1925, "esa historia se quedó siempre en mi cabeza, y cuando estaba estudiando periodismo en Canadá me interesó la idea de hacer un documental"
Cuando tomó la decisión de emprender el viaje a caballo, fue el peor año de su vida, pues dice que todos lo tacharon de loco.
"Me decían '¿tú piensas que las personas te van a ayudar?', no tenía caballos ni montura. Cuando finalmente llegó la hora de emprender el viaje, conseguí los animales, y una compañía de Estados Unidos me regaló la cámara para grabar el documental".
En donde esté, todos los días se levanta a las siete de la mañana para darle de comer a sus caballos, y después guarda la casa de campaña. Al día cabalga unos 30 kilómetros.
Siempre procura llegar a un rancho para pasar la noche y los caballos puedan descansar.
"Hasta ahora no me he enfrentando con peligros, excepto la caída de uno de mis caballos a un barranco y lo del oso".
En La Laguna pasará cuatro días para descansar del viaje. Sabe que es de las zonas más violentas de México, pero no tiene miedo, "he visto lo opuesto a lo que dicen, sólo me he encontrado personas buenas y felices, y es lo que quiero mostrarle al mundo".
Desde que salió de Canadá, escuchó lo mismo, "me decían 'no vayas a México, te van a matar', pero las familias me han recibido muy bien".
Es muy triste la situación de violencia en México, dice, pero a través de su documental quiere mostrar la realidad de los problemas de cada país.
En Torreón, las personas le dicen que no salga por las noches, "sé que es la segunda ciudad más peligrosa de México y es triste porque es muy bonita, he viajado por África, Perú, América central, Canadá, Brasil, entre otros lugares, y Torreón es una de las ciudades más bonitas que he visto en mi vida, tienen todo, es muy moderna y su campo me gusta".
Las personas interesadas en conocer las historias diarias de Filipe pueden seguirlo en outwildtv.com, o en Twitter @filipemasetti, o escribir al correo [email protected].
"Cuando cabalgo voy escribiendo todo las historias de mi viaje, para Twitter e Instagram, y todas las redes sociales, viajo a cuatro kilómetros por hora para tener tiempo de escribir y de grabar lo que sucede a mi alrededor".