En Santos Laguna hay exceso de confianza, tanto en el trabajo como en las declaraciones de sus jugadores, que ya se ubican dentro de la liguilla y metidos también en el proceso que podría hacer que el equipo de la Comarca dispute su segunda Copa Libertadores.
Pero lo cierto es que ambos objetivos están tan cerca y tan lejos, que dejan al equipo de la Comarca como en el limbo, o sea sin pena ni gloria, y le diremos por qué. El próximo sábado inicia la ronda foránea más temida por cualquier equipo, no importa cuan poderoso sea.
Es que dar buenas cuentas en tres encuentros seguidos, primero contra el peor del torneo, el Atlante, que tiene el más bajo porcentaje, luego el miércoles estará en Guadalajara enfrentando a Chivas, que junto con Atlas está al fondo de la tabla general, y el viernes estará en Chiapas, que vende caras las derrotas.
Analice los rivales con detenimiento y verá que Santos sale de viaje a campos minados que guardan o esconden poderosos detonantes, ya lo verá. Para rematar su actuación en la campaña regular, recibirá en la última fecha al Veracruz, que quiere liguilla.
A lo anterior habrá que agregar que en los próximos dos partidos, Santos no contará con dos estrellas del momento, Oribe Peralta y Alonso Escoboza, metidos en la aventura neozelandesa. Y seguramente por más gestiones que se hagan no los prestarán, como pretende León solicitando a Peña y Montes, buscando calificar.