
¿Venganza en la cama?
La mayoría ha sido testigo (o protagonista) del rechazo al contacto físico como una forma de venganza, es decir, de la muestra y sobre todo el ‘cobro’ de un enojo a quien provocó tal o cual frustración. Aplicar esta medida en la vida de pareja puede afectarla severamente.
El sentimiento que une a los amantes es el amor, como cada pareja lo conciba. Real, idealizado o imaginario, el amor mantiene la unión y la relación sexual lo confirma. Pero no todo es miel sobre hojuelas, muchas veces la discrepancia en la perspectiva de las cosas, una palabra o expresión gestual mal interpretada por uno o ambos, interrumpe la comunicación.
Una de las formas clásicas de mantener o ampliar la distancia y más aún, de ‘cobrarse’ un enojo no resuelto, es evitar el contacto físico: “¡No me toques!” es el grito de guerra que se lanzan las parejas. El motivo puede ser variable, y usualmente acorde al grado de enojo experimentado; un malentendido cualquiera puede reflejarse en ‘pintar su raya’ marcando territorio en la cama, moviéndose de extremo a extremo para que no haya contacto alguno. Mientras que si la falta cometida fue más grave, puede llegar al punto en que incluso se rechace el beso en la mejilla y hasta el roce accidental.
En cualquier caso ¿servirá ese aislamiento al propósito que originalmente los unió? ¿A resolver el conflicto? Desde luego que no. ¿Cuál es entonces la ganancia al impedir el acercamiento?
Es preciso decir que el aspecto sexual no es el único limitado por esta conducta de ‘vengarse’ a través del no-contacto; también se afectan cuestiones como compartir los pensamientos y sentimientos, el proyecto de vida, las expectativas del futuro, actuando con recelo ante el otro. El enfriamiento emocional es una manera de comunicarle rechazo y desamor al esposo(a) o novio(a). Apartarse, lejos de remediar, complicará las cosas.
LOS MENSAJES DE LA PIEL
Castigar a alguien con la falta de cercanía conlleva un efecto negativo, porque el acercamiento piel con piel tiene un profundo valor para el ser humano.
Además de conformar un sistema defensivo contra la invasión de microbios, la piel constituye el mapa sensible que nos da acceso a sensaciones agradables que pueden ser traducidas en sentimientos de amor y aceptación. Recordemos nuestra primera experiencia en este rubro, ocurrió al nacer; si nuestra madre nos arropó cálidamente o nos alejó, esa vivencia inicial marcó nuestro futuro. En lo sucesivo, todo momento que refrende este sentimiento constituirá la imagen que cada quien tenga de sí mismo. Ser abrazado, tocado, sentido, equivale a ser amado, necesitado y a saberse perteneciente a un núcleo.
¡HAZTE PARA ALLÁ!
Anulando sensaciones placenteras, gozosas o agradables, se magnifican los desacuerdos, las divisiones, los disgustos; y todo ello sólo promoverá el apartamiento y ocasionará interiormente cansancio en la relación de pareja.
Retirar la comunión, es decir, la común-unión, les impedirá reunirse sexualmente, que es la forma ideal de darse entre sí.
La vida sexual que antes se vivía (buena, regular o mala) se verá alejada; y si los amantes no actúan buscando la reconciliación íntima, perderán la comunicación y el goce sexual, concluyendo erróneamente que su situación es irremediable.
Utilizar el distanciamiento físico y afectivo para cobrarse un disgusto es un error que puede llevarles en el camino contrario a la unión. Quienes habitualmente interrumpen el contacto físico como una manera de imponerse, de desquitarse por cualquier enfado, pueden verse sorprendidos por una reacción negativa de quien se siente injustamente tratado (una infidelidad, por ejemplo). Siempre será mejor el diálogo al enojo, la apertura a la cerrazón.
Aquellos que no saben cómo cayeron en la mala costumbre de negar el sexo y hasta un abrazo, beso o el simple roce de una mano, deben acudir a orientación psicológica en pareja, a fin de que identifiquen cómo se autoprovocan esos obstáculos que nada más enfrían su vínculo.
Rescatar una relación empantanada en este mal hábito requiere del anhelo de ambos de conocer sus fortalezas y debilidades, así como la actitud dispuesta a poner manos a la obra en búsqueda de mejorar su interacción.
El beneficio salta a la vista: quienes externan sus desacuerdos y diferencias sin recurrir al alejamiento físico o afectivo, tienen una comunicación clara que les lleva a continuar desarrollándose como pareja. Su vida sexual se ve beneficiada con orgasmos frecuentes e intensos ya que cada momento es aprovechado a plenitud y no como un instrumento para manipular al compañero. El goce erótico es buscado por sí mismo y no como un intercambio condicionado. Al no existir la manipulación, la búsqueda de encuentros será constante y satisfactoria.
MANTENIENDO EL CONTACTO
1. No permita que se rompa la comunicación con su pareja. Si algo le disgusta, le hace sentir mal o considera le ofende, hágaselo saber inmediatamente y no dé por hecho que eso que le molesta es una acción intencional contra usted.
2. En caso de que su ‘media naranja’ manifieste rechazo cuando intenta acercarse a él o ella, pídale que le explique con claridad las causas que motivan su molestia y hágale saber su intención de resolverlas.
3. No guarde rencores ni se estacione en el pasado. La vida tiene su propio ritmo y las personas tenemos estados de ánimo cambiantes. Quienes se aferran a viejos resentimientos obtienen la ganancia de sentirse víctimas de los demás o de las circunstancias. En lugar de renegar, llorar o maldecir, mejor actúe en bien de su relación. Aclare sus sentimientos sin buscar dañar al otro o a sí mismo.
4. La sexualidad no es una arena de boxeo para que lleve a ella sus conflictos de pareja. El intercambio erótico entre los amantes es como un juego de dar y recibir. A veces uno entrega más que la otra parte y viceversa.
5. Diviértase durante el sexo. Dedique un momento a pensar en que afortunadamente los humanos tenemos la capacidad de sentir placer con el coito y así para nuestra especie no sólo representa un medio reproductivo, como pasa con el resto de los mamíferos que habitan este planeta.
6. Si considera que la problemática en su pareja es muy fuerte, entonces vayan juntos a terapia para que aclaren sus conflictos y el terapeuta les capacite en el uso de herramientas psicológicas que les ayuden a mejorar la comunicación.
7. Visiten a su sexólogo de cabecera. Él les indicará ejercicios para incrementar el deleite sexual y técnicas para compartir esa maravillosa que es el orgasmo.
8. La piel es la manta que cubre nuestro cuerpo y es el órgano sexual más grande de nuestro organismo. Limitarse a verla como una envoltura corporal es privarse de disfrutar todas las sensaciones que pueden ser estimuladas en ella. Platique con su compañero y dediquen cada día un tiempo a acariciarse, a gozarse a plenitud.
Finalmente, puede ser de utilidad para ambos si reflexionan sobre las palabras de la oración Gestalt: “Yo hago lo mío y tú haces lo tuyo. / No estoy en este mundo para llenar tus deseos, ni tú para llenar los míos. / Si coincidimos en algo es hermoso, si no, no hay nada qué hacer, porque yo soy yo y tú eres tú. / Y no te daño, ni me daño, ni te permito que me dañes”.
Tenga siempre presente que negarse a dar o a recibir una caricia no resolverá problema alguno; al contrario, sólo ampliará la dificultad y mermará la calidad en la relación. No lo subestime.
www.sexologosilvestrefaya.com