Considerado el padre de la filosofía racionalista moderna, debido a que rompió con la lógica tradicional aristotélica utilizada en la Edad Media, René Descartes dejó una profunda huella en diversos campos del conocimiento, lo cual lo mantiene vigente a 364 años de su muerte, ocurrida el 11 de febrero de 1650.
Fue en la provincia francesa de La Haye, donde este físico, matemático y filósofo vio la luz por primera vez, el 31 de marzo del 1596.
Sus biografías relatan que realizó sus primeros estudios en el colegio jesuita de La Flèche, en la ciudad de París, Francia, donde aprendió los fundamentos de las matemáticas.
El portal “biografiasyvidas” señala que para 1616 se había recibido como bachiller y licenciado en Leyes, por la Universidad de Poitiers, que actualmente permanece como una de las más antiguas de Francia.
A los 22 años salió de Francia hacia los Países Bajos, y posteriormente fue soldado del ejército de Mauricio de Nassau (1567-1625), y más tarde se enroló en las Fuerzas armadas del entonces duque de Baviera.
Después de dejar la vida militar, Descartes viajó a lo largo de los Países Bajos y Alemania, regresó a Francia, y luego vivió por un tiempo en Italia, para después fijar su residencia en París, ciudad donde se relacionó con muchos científicos de la época.
De estos viajes, fue en Alemania donde este científico tuvo la “revelación”, a través de varios sueños simbólicos, del nuevo método que le permitiría aplicar la matemáticas a todos los campos de la física, según relata el sitio web "conocimientosfundamentales.unam.mx”.
Decidió fijar su residencia en los Países Bajos, por considerar que aquella tierra le era favorable para lograr sus fines filosóficos y científicos.
En las ciencias formales, es a Descartes a quien se le reconoce el desarrollo de técnicas que derivaron en lo que hoy se conoce como geometría analítica, lo que representó un gran paso en la historia del pensamiento.
También es recordado por su famosa proposición, “Pienso luego existo”, en la que se sintetiza su dicotomía filosófica entre la realidad que nos plantea la mente a partir de una mezcla de experiencias y sensaciones, y la vida material en cuya existencia parece ser inevitable.
“Discurso del método”, publicado en 1637, discurso en el cual el mundo moderno y su desarrollo encontraron lo que se denomina a grandes rasgos, método científico, es decir, la serie de pasos ordenados en donde el análisis siempre precederá a la síntesis, utilizado como guía en las ciencias de cualquier índole.
Sus tratados abarcaron diversas áreas del conocimiento y quedaron soportados en los escritos “La reglas para la dirección del espíritu” (1628), “Meditaciones metafísicas” (1641), “Principios de filosofía” (1646), “Tratado de las pasiones del alma”, y además las conversaciones con uno de sus discípulos en “Conversaciones con Burman”.
