Hace unos días charlaba con un estudiante de Ciencias Políticas. Hablábamos sobre la transparencia, ya que estaba por tener dentro de su clase un debate sobre el tema.
- Existen cosas que son difíciles de implementar- dijo con un dejo de tristeza en su voz.
- ¿Por ejemplo?
- La transparencia: Llevamos una hora hablando de ello y no veo que sea posible. Creo que es algo que no se puede llevar a cabo.
- Pero sí se puede, existen ejemplos de ello.
- Dime uno, ¡uno solo!
- Un ejemplo: el Software Libre.
- ¿Qué es eso?
- Es sobre informática. Nosotros compartimos líneas de código, documentos, conocimientos y habilidades con todos. Aquí, cada línea de código está disponible para que cualquier persona pueda revisar y auditar.
- Interesante. ¿Me explicas?
- Sí... - Miro su computadora - Tú tienes instalado en tu computadora un sistema operativo, Windows, ¿verdad?
- Sí.
-¿Sabes cómo funciona o cómo está hecho?
- No.
- En tu computadora, con el Windows que no sabes cómo está hecho, tienes instalado un Office, a lo que repito: ¿Sabes cómo funciona o cómo está hecho?
- No, yo no soy informático.
- Me puedes decir que no eres informático y eso no te pueda interesar, pero puedes decirle a alguien de tu confianza o que esté trabajando para ti que lo revise, y te aseguro que no podrá ver el código de ninguno de los dos antes mencionados: Windows y Office.
- ¿Código? ¿Qué es el código?
-El código, el código fuente. Son varias líneas de instrucciones que indican cómo trabajará el programa: qué hacer cuando se pulsa una tecla, de qué color será la ventana, etcétera.
- ¿Y qué con eso?
- Al no saber cómo está escrito tu programa no sabes si tiene una funcionalidad para monitorear lo que hagas, con lo que tu equipo y toda la información que está manejando se puede ver comprometida, si no es que ya lo está.
- Pero, ¿Es eso posible?
- Por supuesto. Ahora imagínate lo siguiente: Tu puedes descargar un sistema operativo, GNU/Linux en cualquiera de sus distribuciones; lo puedes descargar libremente: no es ilegal, ya que su licencia permite el poder copiarlo y estudiarlo.
- ¿Y lo que mencionaste... el código?
- El código también lo puedes descargar, puedes ver cada una de sus líneas y, si cuentas con el debido conocimiento informático (tú o alguno de tus empleados o amigos), puedes ver si va algo que atente contra tu privacidad en el uso, creación y manejo de información.
-¿Y la transparencia dónde quedó? - Me preguntó.
- En el momento en que puedes descargar el código, ahí está la transparencia: el ver cómo se hace el programa, si algo está bien o mal, si se puede mejorar, etcétera.
- Y de esa manera - dice - todos pueden ver qué y cómo se hace.
- Y también pueden ver quién hizo algo o ver quién hace nada...
Noto en su cara esa expresión que he visto en otras personas; la expresión de haber encontrado la solución a un problema.
- Si todo fuera así de transparente - reflexionó - todo sería mas fácil. No tendríamos tantos problemas.
- Así es. ¿Así o más transparente? - Respondí.
El autor, Osvaldo R. Salazar S., es miembro del Grupo de usuarios de GNU/Linux de La Laguna (http://www.gulag.org.mx)