Esta semana la presidencia de la República anunció el Programa Nacional de Infraestructura 2014-2018. Ahí se plasman los proyectos y las inversiones que habrán de realizarse en el país durante el resto del sexenio. Se trata sin duda de un anuncio relevante sobre la inversión pública en seis áreas estratégicas: comunicaciones y transporte, desarrollo urbano, energía (en Comisión Federal de Electricidad y Pemex), agua, salud y turismo.
De manera global, el programa de inversiones asciende a 7.7 billones de pesos, una cantidad, como explicó el presidente Enrique Peña Nieto, que representa una aportación de unos 70 mil pesos por mexicano. El mayor monto de inversión será para el sector energético: ¡3.9 billones! Por eso tanta insistencia en la Reforma Energética. En la repartición millonaria del pastel, Campeche será el estado más favorecido con 569 mil 889 millones de pesos (mdp). Le sigue Tabasco con 224 mil 328 mdp; Veracruz, 200 mil 417 mdp; Oaxaca 124 mil 660 mdp; y Tamaulipas con 121 mil 262 mdp. Esos cuatro estados concentrarán las mayores inversiones destinadas sobre todo, al sector energético: petróleo, luz, gas. En el camino de las cifras millonarias, no hay que perder de vista que el gobierno federal apalancará esas inversiones con un déficit público de 3.5% del Producto Interno Bruto (tanto como en los excesivos tiempos de Echeverría y López Portillo).
Cual fue mi sorpresa, que al revisar el Programa Nacional de Infraestructura, Coahuila quedó en penúltimo lugar de inversiones, con tan sólo tres mil 28 mdp. Sólo por encima de Tlaxcala, que recibirá dos mil 742 mdp. Es una desgracia para el estado saber que en los próximos años, la inversión programada por el Gobierno Federal será raquítica.
¿Pero por qué Coahuila quedó tan castigado en los presupuestos? Indudablemente la tristemente célebre deuda de Coahuila sigue impactando negativamente en el estado. Sencillamente las participaciones federales fueron hipotecadas con los bancos por el gobierno de Coahuila, para así salvar la quiebra de las finanzas estatales. No sobra decir que la megadeuda que alcanzó los 35 mil millones de pesos durante el gobierno de Humberto Moreira, y en lo sucesivo a Jorge Torres y ahora a Moreira II, se adquirió en parte con firmas apócrifas, documentos falsos y una serie de corruptelas que también involucraron a los bancos.
Viniendo de esa historia que ha hecho "grande" a Coahuila por la corrupción, no sorprende que el pastel presupuestal sea tan reducido. Nada más Durango recibirá una inversión de 38 mil 23 mdp, es decir, ¡12 veces más que Coahuila!
Veo con tristeza cómo, por donde se le vea, el desenlace de la deuda en Coahuila es profundamente negativo para los ciudadanos, que a fin de cuentas pagamos y vamos pagar el gigantesco fraude de unos pocos. Es cierto, Coahuila aparece castigado en las inversiones del Gobierno Federal, pero los responsables están prófugos, o forman parte del gobierno estatal, o están detenidos por el gobierno de ¡otro país!
Qué lejos estamos de aquel Coahuila que dejó el exgobernador Enrique Martínez y Martínez. ¡Qué cerca estamos de los Moreira!
REFORMA DE TELECOMUNICACIONES
El discurso sobre las reformas cada vez parece más ideología, que cambio en el país. Hubo la Reforma Laboral, pero a la fecha no hay más empleo, ni tampoco somos más competitivos. Hubo la Reforma Financiera, pero los ciudadanos no reciben mejor servicio de la banca. Me temo que algo similar puede surgir de la polémica Reforma de las Telecomunicaciones. Dejemos la propuesta de "bloquear" Internet. En el fondo la lucha que juegan los oligopolios (Telmex y las dos televisoras), influyen más sobre las reglas del mercado en detrimento de los consumidores.
Veamos un ejemplo sobre acceso a tecnologías de información y comunicaciones. De acuerdo con el más reciente Reporte Global de Tecnologías de la Información (Índice 2014), realizado por el Foro Económico Mundial, México en vez de avanzar, retrocedió. Y sin embargo tenemos a Carlos Slim con la mayor tajada del pastel. Otra vez, en detrimento de los ciudadanos. En el Índice de Conectividad Global México retrocedió 16 posiciones, y ocupa el sitio 79 entre 149 países. El estudio concluye: tarifas muy caras y mala infraestructura que inciden en el sistema educativo y desarrollo del país. De ese tamaño es la importancia de la reforma. Ojalá no la pierdan nuestros políticos.
Twitter/uncuadros