
Imagen tomada de Internet de los primeros diseños de rastrillos desechables. (ESPECIAL)
¿Imaginaría tener que afeitarse cada mañana con una navaja de barbero? Aunque quizá algunos días no resulte complicado, para algunos hombres podría serlo el tener que afilarla frecuentemente y el correr el riesgo de terminar con una cortada severa.
Para un hombre, esta situación era demasiado problemática y decidió remediarla diseñando un producto que permitiera afeitarse de modo seguro y sin tener que batallar de más; ese hombre fue el estadounidense King Camp Gillette.
Desde 1895 y durante seis años, Gillette estuvo trabajando en sus diseños para dar con un rastrillo con una cuchilla segura, barata y desechable.
Según ElModo.Mx, en esa época se consideraba imposible producir acero duro, delgado y lo suficientemente barato como para obtener hojas desechables, sin embargo, trabajando con William Nickerson, Gillette lo consiguió.
Así, para 1903, ambos inventores empezaron a producir un rastrillo con hojas desechables, el cual en un principio no tuvo el éxito esperado, pero que triunfó tiempo después gracias a las creativas campañas de publicidad y a que el gobierno de Estados Unidos los usó para repartirlos entre sus tropas durante la Primera Guerra Mundial.