Familia mixta
Al adoptar un hijo es importante que la pareja se prepare en diferentes aspectos. Cuando la familia se convierte en mixta, es decir, con hijos biológicos, es necesario preparar con ellos el terreno para que el proceso de adaptación del niño adoptivo sea lo más armonioso posible.
Son numerosas las situaciones que llevan a una familia o pareja a adoptar. En este último caso, una de las principales razones es por alguna cuestión médica que provoca infertilidad en alguno de los miembros. Esta condición también puede tener un origen psicológico, lo que se conoce como infertilidad psicógena, la cual se debe a un alto porcentaje de estrés o conflictos psicológicos tempranos presente en la mujer.
Éstas son algunas de las razones más comunes que pueden motivar a una pareja a llevar a cabo un proceso de adopción, dándose en muchos casos un embarazo después de haber adoptado a un infante.
Cuando se habla de familias que ya cuentan con hijos biológicos, las razones que llevan a una adopción pueden ser también muy diversas. Una de ellas refiere al deseo de tener una familia más amplia, mismo que se ve coartado por alguna instrucción médica que indica que otro embarazo no es viable. Asimismo, se puede mencionar el deseo de compartir su amor, cuidado y protección a otro niño que se encuentra en una situación adversa y carece de ello.
La capacidad de amar no tiene límites, sin embargo, es importante puntualizar en la manera más correcta de llevar a cabo el proceso de integración y adaptación del niño adoptivo a su nueva familia y, sobre todo, en cómo se pueden fomentar los lazos de amor, aceptación y apoyo entre hermano biológico y hermano adoptivo.
BIENVENIDO A LA NUEVA FAMILIA
La integración de un hijo adoptivo a la familia que ya tiene hijos biológicos suele provocar un desajuste en la dinámica familiar, que sería el normal si se tratara de la llegada de un hermanito biológico. Es un proceso en el cual cada miembro de la familia está buscando su nuevo espacio y rol dentro de la familia.
La adaptación del hijo biológico ante este nuevo acontecimiento, puede desencadenar diferentes comportamientos, tal y como suele darse ante la llegada de un hermano de sangre. Las reacciones más frecuentes pueden ser irritabilidad, berrinches, celos, mayor sensibilidad, conductas infantiles como volver a mojar la cama, pedir el chupón o tratar de llamar la atención constantemente; todos son comportamientos esperados.
Algunas veces, este proceso de adaptación se complica, lo que puede llevar a los padres a sentir culpa de que su hijo biológico esté sufriendo a causa de la situación. Para evitar esto, es importante preparar el ambiente familiar, e incluir al menor en todo el proceso de adopción, tomándolo en cuenta desde los pequeños detalles como elegir la decoración, ropita, edredón, entre otros aspectos, hasta llevarlo con los padres cuando vayan por su nuevo hermanito.
Lo más importante es estar atentos a los sentimientos, temores o dudas que pueda experimentar el hijo biológico. Esto permitirá que pueda expresar sus sentimientos de una manera adecuada, y que sienta ante todo el respaldo y apoyo de sus padres.
DISCIPLINA IGUALITARIA
Cuando se presentan este tipo de situaciones, los padres tienden a caer en un error muy común: establecen una dinámica de sobreprotección hacia el hijo adoptivo, en un intento de reparar el abandono que sufrió en el pasado, cuando lo verdaderamente importante es fortalecer los lazos fraternales. Lo dicho puede propiciar la aparición de celos y rivalidad entre los nuevos hermanos.
La falta de padres biológicos puede sembrar en los padres adoptivos la sensación de que al niño “le falta algo” y sienten la tarea de cubrir eso, dándole demasiada libertad y permisibilidad, accediendo a sus caprichos. Esto provoca en el hijo biológico la polarización de sentimientos respecto a sus padres, lo que lleva a que se cuestione ¿por qué a mí no y a él sí?, ¿por qué él si puede y yo no?, ¿lo quieres más a él?, y a realizar una serie de comparaciones que deteriorarán la relación con su hermano adoptivo.
Todas las familias necesitan estructura. Es muy importante que los padres tengan en claro que establecer límites dentro del hogar, los ayudará a crear un ambiente organizado y armónico, que a su vez forjará disciplina y la noción de que todos los actos tienen consecuencias.
Es importante que estas normas se apliquen a todos los miembros de la familia, respetando la edad de cada uno. Lo anterior transmitirá seguridad y evitará conflictos fraternos.
EMBARAZO DESPUÉS DE LA ADOPCIÓN
Existen parejas que, por diferentes causas, después de adoptar un hijo, se produce un embarazo y tienen un hijo biológico. En esta situación, puede ocurrir entre los hermanos todo lo mencionado anteriormente, aunado a una expresión de celos por parte del hijo adoptado.
El mayor problema en este caso sería que los padres, al momento de haber adoptado, no hayan renunciado verdaderamente a la idea de tener un hijo biológico, siendo el adoptado un sustito de él. Los padres pueden centrarse totalmente en su bebé de sangre, depositando en él todas las expectativas positivas, ideales y deseos, rechazando así a su hijo de adopción.
Este rechazo sería inconsciente y no implícito, y estaría presente en pequeños detalles imperceptibles, pero que no pasarían desapercibidos para el hijo adoptivo. Este sentimiento se puede trasmitir al hijo biológico, quien podría actuar de la misma forma que sus padres ante su hermano, provocándole sufrimiento y dolor.
Por todo lo anterior, es importante que los padres de una familia mixta, sean capaces de construir y fortalecer los lazos familiares y fraternos de una manera sólida, por medio de valores como el amor, la aceptación incondicional y significar la diferencia como algo enriquecedor y no limitante.
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