
Las linternas ahora han incorporado tipos de tecnología que las vuelven más confiables y sustentables. (ARCHIVO)
Algunos inventos suelen ser un fracaso y así quedan registrados en la historia; sin embargo, en algunas ocasiones, son fuente de inspiración para otros que sí prosperan.
Tal es el caso de la linterna, que vio la luz gracias a un invento que fracasó, conocido como tiesto eléctrico, el cual tenía como propósito servir como decoración.
Pocos se dejaron seducir por este producto, pero un hombre llamado Conrad Hubert vio otras posibilidades.
Hubert compró la patente del tiesto eléctrico, alargó el cilindro y entre otras modificaciones creó la primera lámpara eléctrica portátil.
En 1898 registró el producto, quizá sin imaginar que su éxito sería tal, que estaría presente aún en nuestros días.