Una jeringa es un 'instrumento compuesto de un tubo que termina por su parte anterior en un cañoncito delgado, y dentro del cual juega un émbolo por medio del que asciende primero, y se arroja o inyecta después, un líquido cualquiera'. (ARCHIVO)
"Ve a que te inyecten". Seguramente has escuchado esa frase si tienes alguna infección, particularmente estos tiempos en las vías respiratorias, y quieres salir rápidamente de la enfermedad. Como es evidente, el ser inyectado no sería posible sin las jeringas, un invento que revolucionó la medicina.
De acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española, una jeringa es un "instrumento compuesto de un tubo que termina por su parte anterior en un cañoncito delgado, y dentro del cual juega un émbolo por medio del que asciende primero, y se arroja o inyecta después, un líquido cualquiera".
Según el portal Quiminet.com, los intentos por realizar lo que es posible con las jeringas se realizaron desde hace tiempo, pues en "los comienzos del siglo pasado se hicieron los primeros intentos para depositar agentes terapéuticos en los tejidos. El sistema empleado, o sea el frotamiento de la droga de una incisión previamente hecha, no fue satisfactorio, y en 1836 el famoso doctor Lafargue, de París, inventó un trocar para depositar pasta de morfina en los tejidos. Siguiendo este desarrollo, en el año de 1839, los doctores Taylor y Washignton, de Nueva York, presentaron por primera vez la forma de introducir una solución de morfina en los tejidos mediante la jeringa Anel, la cual fue predecesora del actual instrumento hipodérmico".
De acuerdo con la misma fuente, "el doctor Wood, de Edimburgo, en 1843, comenzó a usar de la misma manera la jeringa Ferguson. En el año de 1849, el doctor Hunter, de Londres, puso un punto cortante en la extremidad de esa jeringa para introducirlo debajo de la piel, sin necesidad de hacer incisión. Este fue básicamente el sistema que se maneja actualmente. En 1853, el doctor Pravaz, de Francia, empleó por primera vez una jeringa con aguja separada. Hoy en día, en toda Europa son conocidas las jeringas hipodérmicas bajo el nombre de este famoso doctor. En el año de 1856, el doctor Baker, de Nueva York, en una visita a Edimburgo, conoció la jeringa Ferguson. Con este modelo, la compañía George Tiemann, de Nueva York, produjo la primera jeringa hipodérmica hecha en los Estados Unidos, y fue entonces cuando el uso de jeringas y agujas especialmente construidas, se hizo más común".
Actualmente, señala el sitio JeringasyAgujas.com, las jeringas de manera genérica, como lo son las jeringas de insulina, las jeringas de vidrio, jeringas de tuberculina, jeringas de seguridad, entre otras, están compuestas de un barril cilíndrico y redondo, un émbolo y una punta, donde se coloca la aguja, y pueden adquirirse en una gran variedad de tamaños que vaya de acuerdo a nuestras necesidades; los tamaños varían entre los 0.5 ml y los 60 ml. De entre 1 a 3 ml es lo habitual para la mayoría de las inyecciones que suelen ser subcutáneas o intramusculares.
