Eufemismos son todas esas palabras con las que sustituimos a otras que por alguna razón no queremos mencionar. Uno de los casos más notorios de eufemismo múltiple es el baño.
El baño es el nombre más común que le damos a ese lugar “el único a donde el rey va solo” Aunque a decir verdad ya ni ahí va solo, lo acompañan sus guaruras.
Al lugar le decimos baño, pero en realidad no es un baño porque en él no nos vamos a bañar. A veces le decimos el servicio sanitario o simplemente el servicio, pero estos son nombres demasiado técnicos. Lo sanitario es lo que se refiere a la sanidad, a la salud que es lo que se tiene cuando se está sano y eso que a veces vamos mucho al baño precisamente porque no estamos muy sanos. Estamos sueltos del estómago por la cantidad de tacos que nos zampamos anoche.
Eufemismo es llamarle al baño el tocador, como dicen las damas… Voy al tocador. ¿Pero se ha fijado usted que, en las fiestas y en los restaurantes, las mujeres siempre van al baño en grupo? Es curiosísimo, pero una señora siente ganas de… eso e inmediatamente forma un comité de avanzada y van llegando al “tocador” (que en todo caso debería llamarse retocador”) de cinco en cinco, mientras que con los señores es al contrario. Si un cuate equis dice que va al baño y yo me ofrezco para acompañarlo, el tipo se me queda viendo con cara de “como se me hace que te hace agua la canoa…”.
Cuando estábamos en la escuela y pedíamos angustioso permiso para hacer la clásica “escala técnica” decíamos “¿Me da permiso de ir al reservado? ¿Reservado para quién? Pues para la gente que quiere hacer “del uno” o del dos”.
Había quienes pedían simplemente pasar al baño o de plano al excusado (que no sé por qué me da la impresión de ser palabra maloliente) y hasta había el niño “aplicado” que pedía “ir al cuartito” que entre los muchachos maloras pasaba a ser “el cuarto de los suspiros”.
Hubo también quien recurría al malinchismo y le llamaba “water closet” o simplemente el “water”, pero luego iba a Estados Unidos, y cuando se le ofrecía, buscaba urgentemente el letrero o por lo menos las iniciales W.C. pero nadie le había explicado que en esas tierras el W.C. se llama Rest Room, o sea “el cuarto de descanso…” y pues sí, hay quien descansa estando ahí, aunque también hay quien se pasa todo el rato sumamente agitado.
Mi tío Prosopopeyo aseguraba que sabía mucho inglés porque había andado en Texas de bracero y decía: Ahi stá, ahí clarito dice rest rooms, ahí está el resto de cuartos… es que hay muchos y están todos seguiditos. Así tu agarras el que quieras… ¡Ah, que mi tío!
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PREGUNTA DEL PÚBLICO:
¿De dónde viene la palabra de gratis?, me pregunta Irene Graciano de Cuauhtémoc, Chihuahua.
RESPUESTA:
La palabra gratis proviene de gratia (gracia en latín) y se usa para algo que se hace sólo por amabilidad y no a cambio de un pago. Nada más déjeme señalarle que no se debe decir de gratis sino solamente gratis. por ejemplo, no es me lo dieron de gratis, sino me lo dieron gratis, o mejor aún, gratuitamente.