La reciente caída en las expectativas de crecimiento económico en México desató una fuerte sacudida tanto al interior del gobierno federal como de los sectores empresariales.
Las versiones oficiales sobre el nuevo tropiezo de la economía ya nadie se las traga y de ahí que comienzan a buscarse culpables entre los encargados de las finanzas mexicanas.
El Banco de México redujo la semana pasada su proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2014 a un rango que oscila entre un 2.3% y un 3.3%.
Al inicio del año la expectativa de crecimiento fue de un 3 a un 4 por ciento, pero según los especialistas México se vio afectado tanto por factores internos como externos en el primer trimestre del año.
Al estilo tradicional, funcionarios mexicanos culparon del impacto negativo de la economía al frío invierno norteamericano y al estancamiento de la actividad industrial, entre otras cosas.
Sin embargo, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, se apresuró a descartar que el país esté en recesión y aseguró que la economía ha comenzado a "tener una recuperación gradual y sostenida".
Lo que no ponderó el encargado de las finanzas nacionales fue que el resbalón del primer trimestre se deba fundamentalmente al desánimo y al disgusto que provocó la Reforma Fiscal tanto en la comunidad económica mexicana como entre los inversionistas extranjeros.
Al menos esto es lo que mencionan los críticos del gobierno federal y que coinciden con el sentir de buena parte de la población mexicana.
Después de haber registrado un endeble crecimiento del 1 por ciento en 2013, el gobierno de Enrique Peña Nieta recetó a los mexicanos la peor medicina para salir del estancamiento: más impuestos y más gasto público.
Obviamente la medicina hizo su efecto negativo y fue así que México no avanzó en los primeros meses del año cuando se suponía que andaríamos a tasas del 3 al 4 por ciento de crecimiento.
Según datos del Banco de México, el Producto Interno Bruto creció apenas el 0.6 por ciento de enero a marzo lo que significa prácticamente nada cuando se requieren tasas altas para crear empleos y superar los niveles de marginación y pobreza de la población mexicana.
No contento con argumentos que no convencen, el secretario Videgaray anticipó que en la segunda mitad del actual gobierno, es decir entre 2015 y 2018, México crecerá a tasas del 5 por ciento lo que significaría regresar a tiempos de bonanza pocas veces vistos.
Pero el titular de Hacienda se curó en salud al mencionar que para conseguir tasas altas de crecimiento se requiere que las leyes secundarias de la Reforma Energética y de Telecomunicaciones mantengan el mismo espíritu y visión que sus respectivas reformas.
En otras palabras, lo que Videgaray quiere decir es que si los partidos se enredan y salen con "domingo siete" como ya ocurrió con la Reforma Electoral, México perderá otro "moméntum" y seguirá sumido en la mediocridad y la parálisis.
Desgraciadamente, pues, los gobiernos mexicanos siguen poniendo sus esperanzas en factores externos cuando otros países como China crecen a tasas del siete por ciento anual porque han trazado sus planes en base a su realidad y han ejecutado acciones congruentes y efectivas.
En este contexto no podemos aguantarnos las ganas de formular una vez más esta pregunta: ¿a quién se le ocurre aumentar casi el cincuenta por ciento del IVA a regiones que más han demostrado su dinamismo y empuje como son las fronteras mexicanas?
Ese impuesto, como otros más que aplicó la Reforma Financiera, resultaron un freno a la actividad económica y para muchas empresas fue prácticamente el detonante que los llevó a la quiebra o a desviar sus inversiones hacia otros países.
El programa de Videgaray no está dando los resultados esperados, la solución entonces es revisar la estrategia y no esperar a que las reformas secundarias o el clima de la Unión Americana saquen a México del hoyo.
APUNTE FINAL
Se retiró el subcomandante "Marcos" luego de veinte años de montar su show mediático que tanta popularidad trajo al movimiento zapatista... Pero no nos quedamos solos, surgen ahora los líderes de los grupos de autodefensas que son también una mezcla de surrealismo, mercadotecnia y atractivo para la sociedad... Esperamos que éstos sean serios y busquen realmente la paz y el bienestar social.
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