La tertulia se realizó en Casa Coahuila contando con la presencia del dramaturgo Ignacio Solares, el empresario Guillermo Cantú y los periodistas Leonardo Páez y Heriberto Murrieta. Recuerdan al torero Valente Arellano en tertulia taurina
30 años han pasado desde que Valente Arellano dejó de existir para que empezara a surgir el mito del naciente matador de toros con futuro prometedor, aquel que pintaría para ser figura de la tauromaquia.
Sin embargo, un accidente de motocicleta el 4 de agosto de 1984 le arrebató la vida, cuando apenas tenía 2 meses de recibir la alternativa de manos de Eloy Cavazos en Monterrey, donde cortó una oreja a un toro de Begoña. Miguel Espinosa "Armillita" fue testigo.
El lagunero, quien tiene tres décadas de ausencia en este mundo, guarda más vivo que nunca su recuerdo y así se demostró con la enorme convocatoria que tuvo para la tertulia taurina que la Casa de Coahuila ofreció para uno de sus ciudadanos.
Cerca de 100 personas, entre aficionados, compañeros de profesión, intelectuales y cronistas taurinos, estuvieron presentes junto a la familia Arellano, compuesta por su padre Valente Arellano, su madre Sonia Salum y su hermana Salma, para recordar al joven torero.
El evento estuvo acompañado por los comentarios del dramaturgo Ignacio Solares, el empresario Guillermo Cantú y los periodistas Leonardo Páez y Heriberto Murrieta, quienes revivieron aquella leyenda nacional con anécdotas que les tocó vivir y escritos que le dedicaron en su momento.
Concordaron en que Valente, quien apenas había lidiado un par de corridas tras la alternativa con cierto éxito, tenía todo para ser figura, no sólo por su fortaleza para aventarse al ruedo, sino porque demostró ser una persona de carisma y humildad.
No obstante, el destino apagó pronto al coahuilense antes de que pudiera deslumbrar en plenitud con su arte a sus 19 años de edad, por lo que la reflexión quedó ahí en manos de los ponentes: ¿hasta dónde hubiera llegado Valente Arellano?
