Calidad. El reconocido Ballet de San Petersburgo demostró su gran nivel en cuanto a la producción que maneja en conjunto con la disciplina de los músicos y los bailarines.
Una velada inolvidable, llena de color, música y bellas piruetas, regalaron anoche el Ballet y la Orquesta de San Petersburgo al presentar sobre el escenario del Teatro Nazas, el clásico de Tchaicovsky La Bella Durmiente.
Los 46 bailarines y los 45 músicos, dirigidos por Yevgeny Khoklov, que participaron en el montaje confirmaron su calidad artística, producto de la tradición que respalda a la escuela rusa.
El espectáculo está dividido en cuatro partes, un prólogo y tres actos, que narran la conocida historia de la princesa "Aurora", quien debido a la maldición de la resentida y malvada hada "Carabosse", cae en un sueño profundo durante cien años, hasta que el príncipe "Florimund" la despierta con un beso.
Uno de los mejores momentos de la noche tuvo lugar durante el primer acto, titulado El hechizo, cuando antes de ser alcanzada por la maldición, "Aurora" baila junto a cuatro príncipes, el fragmento Adagio de la rosa. Los bailarines ofrecieron una precisa y asombrosa ejecución de la compleja secuencia logrando el reconocimiento de la audiencia.
La música, las luces, la escenografía y los elaborados vestuarios recrearon la atmósfera de la obra e hicieron lucir aún más la gran técnica del Ballet de San Petersburgo.
El montaje concluyó con el acto La boda en el que convergen diversos personajes de la historia y de otros cuentos de hadas, tras el cual el público rompió en aplausos.
BAILARINES
rusos conforman el Ballet de San Petersburgo.