Los espejos son utilizados tanto con fines estéticos como con fines incluso médicos. (ARCHIVO)
Prácticamente cada hogar tiene al menos uno utilizado con distintos fines y aunque el más similar al actual tiene tan sólo cerca de 200 años, existen registros de su uso desde tiempos ancestrales.
Es el espejo, cuya versión moderna se originó en el siglo XIX pero que desde hace 8 mil años tuvo versiones rústicas como la creada por quienes vivían en Anatolia, lo que hoy es Turquía.
Los ahí residentes crearon los primeros espejos a partir de obsidiana pulida.
También, entre los años 4 mil y 3 mil antes de Cristo, aparecieron algunas herramientas parecidas en Mesopotamia y Egipto, y un milenio después los pobladores de América Central y del Sur comenzaron a hacer espejos a partir de piedra pulida, según reseña el portal de "Muy Interesante".
TIEMPOS MÁS MODERNOS
Haciendo un salto de varios siglos, cabe señalar que el espejo tal y como lo conocemos tuvo su origen hace cerca de 200 años, en Alemania.
Su creador fue el químico Justus von Liebig, quien desarrolló en 1835 un proceso en el que aplicaba una delgada capa de plata a un lado de un panel de vidrio.
Luego, esta técnica fue adaptada y mejorada, lo que permitió la producción masiva de espejos alrededor del mundo.