Jaime Rojas ahora vende más playeras de 'Perros del Mal' en la Arena México. (Fotografía Agencia El Universal)
No se escucha el "¿Dónde están perros?" [de Cartel de Santa], himno de batalla de Perro Aguayo Jr. El aullido del líder de la "jauría del mal" se extinguió para siempre. Las lágrimas secaron. El luto fue fugaz. No hay tiempo para lamentos. El negocio de la lucha libre debe continuar.
Se abren las taquillas de la Arena México, la gente se amontona en tropel para comprar un boleto, de 35 hasta 320 pesos. Llora el cielo, la calle de Dr. Lavista se empapa, los comerciantes protegen sus puestos con plásticos para evitar que se mojen las máscaras, los juguetes, las playeras. La camiseta más solicitada del momento es la negra con la leyenda "Perros del Mal" plasmada en todo el pecho y la fecha de la muerte del "Perrito", así como una despedida en el dorso.
Jaime Rojas, quien es vendedor desde pequeño, lleva ocho años con su puesto de playeras afuera de la Arena. Él describe a la perfección la "dulce amargura" de haber perdido a uno de sus grandes ídolos del pancracio.
"Esto es algo que nos duele. Yo lo conocí, siempre fue muy amable, muy humilde y nos ayudó mucho. Se sufre con su pérdida, pero hasta muerto nos ayudó, así de noble es el 'Perrito'. Porque hay que decirlo como es, ahora se venden mucho sus productos, piden mucho sus playeras, lo que nos beneficia a todos. La verdad no hay quien llene sus zapatos. Yo lo recordaré como una gran leyenda".
Doña Esperanza ofrece juguetes, réplicas de los gladiadores. Hace un par de días le compraron el último que tenía del Hijo del Perro, sin embargo nunca más lo venderá. "Sí lo tenía, pero ya lo vendí y no lo vuelvo a traer, porque la verdad no me gusta meterme con los muertos", dijo tajante.
Las puertas del coso de la Doctores engullen a la multitud ansiosa por guarecerse de la lluvia. Varios con las capas de hule aún sobre la espalda, se enfundan sus máscaras. Unos quieren sentir en carne propia lo sublime de ser héroes en el anonimato, otros sólo buscan divertirse.
En las butacas las cervezas corren una tras otra. Sobre el cuadrilátero los protagonistas ejecutan sus evoluciones. Máximo, Rush y Marco Corleone son los técnicos. Rey Escorpión, Thunder y Último Guerrero los rudos. Ellos son la atracción, imanes de piropos y maldiciones. Los "malvados" se llevaron la velada en dos caídas.
En la contienda preestelar Atlantis "Bondad", Volador Jr y Valiente sucumbieron ante Shocker "El mil por ciento guapo", Terrible y Rey Bucanero, quienes hicieron de las suyas sobre la lona para lograr la victoria.
De pronto, un grupo de aficionados con la capucha de Rey Mysterio Jr se pone de pie y se caldean los ánimos entre el respetable.
"¡Pin... asesinos. Ya siéntense!", les gritan desde las filas de atrás. "Sólo saben matar perros", arremeten contra ellos en tono de burla. "Y todavía nos pagan por eso", contestó con sarcasmo uno de los enmascarados. Un gesto rudo.
Y la risa se generalizó entre el público cercano. Así el desapego de los "aficionados de ocasión" por el luto, por la muerte del Hijo del Perro Aguayo.