Lo saben. Adultos mayores que son atacados con síndromes saben que es hora de enfrentar la muerte. (ARCHIVO)
Don Chuy tenía 75 años de edad, había librado varias enfermedades, pero en una recaída dijo que sería la última y, efectivamente, un mes después falleció.
Al igual que él hay adultos mayores que antes de morir, regresan a sus ciudades de origen, se despiden de sus seres queridos, o hacen cosas que nunca hicieron, porque saben que están en sus últimos días.
Esto tiene una explicación científica. El geriatra José Javier García Salcedo explica que existen síndromes que atacan a los adultos mayores que indican que el organismo está por dejar de funcionar.
"Existe el síndrome de pérdida de la vitalidad, en donde el mismo organismo está dando señales bioquímicas al sujeto y le dice aguas porque ya no tienes nada de reserva".
Entiendo a la reserva como la capacidad de responder de cualquier tejido para funcionar normalmente y para defenderse de enfermedades.
Otro es el síndrome de deslizamiento que es aquel en el que la persona se recupera de la enfermedad y lo poco que tenía de reserva no lo alcanza a recuperar y en vez de recuperarse, fallece.
El síndrome de fallas para progresar también afecta a la población de más de 60 años y consiste en la incapacidad del organismo para recuperarse de alguna enfermedad y, en vez de mejorar la salud, se deteriora hasta morir.
"Con estos síndromes, sin estar deprimidos, el paciente dice -yo siento que me voy a acabar-, y el paciente anciano que dice -me voy a morir-, hay que creerle porque muy probablemente sea cierto".
Según García Salcedo cuando se padecen, se generan señales bioquímico que recibe el cerebro y detecta que de alguna manera se está produciendo algo normal o que el tejido está acabando y va a llegar un momento en el que no va a responder.
Son precisamente los geriatras quienes las detectan y tratan, aunque muchas veces sin éxito.
En La Laguna existen cinco geriatras y actualmente sólo el IMSS y el ISSSTE brindan el servicio en el sector público.
Sin embargo, hay un grupo de jóvenes en el Hospital General de Zona Número 16 que se están especializando en esta área, en parte gracias a que desde hace dos años, se instruyó que para estudiar geriatría no se hiciera medicina interna, por lo que en pocos años habrá más especialistas que respondan a la alta demanda que se prevé para dentro de dos décadas.