"Las epidemias son consecuencia de los hábitos de la sociedad". (Virchow 1860).
La retinopatía diabética es la tercera causa de ceguera a nivel mundial y la primera en personas de edad productiva en países en vías de desarrollo. La retinopatía diabética es una de las principales complicaciones de la diabetes. En México se estima que es la principal causa de ceguera en personas entre 30 y 75 años de edad. La frecuencia de la diabetes se ha incrementado por diversos factores; aumento de la población, expectativa de vida más larga, estilo de vida más sedentario y epidemia de obesidad por malos hábitos alimenticios.
La retinopatía diabética ocurre cuando la diabetes daña los pequeños vasos de la parte posterior del ojo, la retina. El daño a los pequeños vasos provoca que exista un escape de líquido de los mismos si esto continúa avanzando proliferan nuevos vasos de una mala calidad provocando fibrosis, tracción y hemorragias condicionando mala visión. Al principio esta enfermedad puede pasar desapercibida para el paciente sin causar ningún deterioro perceptible; esta etapa se conoce como retinopatía diabética no proliferativa.
Causas: La principal causa en un mal control de la glucemia en personas diabéticas. Sin embargo, existen otros factores que pueden acelerar la progresión o aparición de la enfermedad como el tabaquismo, la obesidad, hipertensión arterial y dislipidemia.
Síntomas: La retinopatía diabética no mata, no duele y, lamentablemente, por falta de información la mayoría de los pacientes acuden tardíamente al oftalmólogo, en un principio es probable que no se evidencien síntomas, no hay dolor ni baja visual, pero a medida que la enfermedad avanza puede producir deterioro visual y en los casos más graves puede llegar a ser irreversible. Asimismo, con la diabetes se pueden presentar otro tipo de problemas como cataratas, glaucoma y desprendimiento de retina.
Prevención: En todo paciente diabético se debe acudir por lo menos una vez al año al oftalmólogo para realizar un examen detallado y con esto detectar a tiempo cualquier dato de la enfermedad y de esta manera poder ofrecer un tratamiento adecuado para evitar complicaciones en un futuro. La mejor manera de prevenir la aparición o la progresión de la retinopatía diabética es mediante un control estricto de los niveles de glucemia, buenos hábitos alimenticios, ejercicio rutinariamente, y una visita al oftalmólogo periódicamente por lo menos una vez al año
Tratamiento: Una vez que se diagnostica la enfermedad el principal tratamiento es la fotocoagulación con laser la cual consiste en la aplicación de un rayo laser en la retina para la destrucción de los nuevos vasos que puedan causar sangrado. en algunos casos cuando el daño es más avanzado o el tratamiento con laser ha sido insuficiente puede ser necesario recurrir a la cirugía para extraer la sangre que se ha formado dentro del ojo en un procedimiento conocido como vitrectomía.
Es de suma importancia la educación para promover buenos hábitos alimenticios y el autocontrol de las cifras de glucosa un buen control del azúcar retrasa la aparición y progresión de las lesiones existentes.
*Cirujano oftalmólogo. Profesor adjunto de la materia de Oftalmología de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será del Dr. Fernando Sánchez Nájera, Psiquiatra.