Una vez más se cumple el ritual mexicano: construir apresuradamente un ídolo para después descubrirle errores que eran evidentes desde un principio.
Dicho de otro modo, la mentira dura mientras la verdad llega.
Ahora resulta que la Federación Mexicana de Futbol acabó por darse cuenta de lo que significó haber canonizado al santo equivocado.
El cese fulminante del "Piojo" se dio por presión de los dueños de los equipos de la "liga de la patada", cuya paciencia estaba colmada.
Muy caro pagó Miguel Herrera el precio de la fama efímera. El iracundo técnico nacional incumplió el deber fundamental de custodiar los colores del uniforme, dar buen ejemplo y honrar al deporte más popular.
Al agredir a sus detractores con premeditación, alevosía y ventaja, el "Piojo" violó el código de ética del futbol mexicano; atentó contra la libertad de expresión a puñetazos. "Cruzó la línea de los estatutos, reglamentos, valores y principios", acusó Decio de Maria, nuevo presidente de la Femxefut.
El extécnico nacional ahora ya es poco más que menos, si acaso la memoria de un entrenador mediocre; más conocido por sus escándalos que por sus dotes balompédicas; un lépero de majadería infinita; un incivil "violentito" a quien forraron de billetes para salvar el gran negocio futbolero. Fue un gran vendedor de ilusiones vanas. Jorge Vergara, cabeza de las Chivas Rayadas del Guadalajara nos comentó que el peor error de Miguel Herrera fue haberse distraído en hacer comerciales y promover al Partido Verde.
Pero hasta el martes, "El Piojo" fue héroe nacional, en los estadios -y hasta en Los Pinos-. Gestos, visajes sicopáticos y la imagen patética de perpetua caricatura lo anidaron en el altar de la patria… y en el Museo de Cera.
Y ya vieron.
Somos exagerados para el amor y desmesurados para el desprecio.
De un día para otro los elogios se vuelven censuras. Hoy gozamos con el destazadero de aquel a quien algunos veneraron al ídolo con patas de barro hasta la ignominia. ¿Por cierto, cuántas patas tiene un piojo?
La salida del "Piojo" estaba anunciada desde hacía semanas. La pendencia con sus detractores sólo precipitó la decisión superior de darle Flit al insecto.
EL MONJE LOCO
En Filadelfia quedó la tumba del "Piojo" quien se echó la soga al cuello y se lo cargó la ley de la gravedad. Murió en el altercado aeroportuario, tras ganar la Copa de Oro… la copa mal habida y peor bebida.
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