Algunas organizaciones ecologistas han hecho un gran negocio de las donaciones de gente bien intencionada, pero le hacen un enorme daño a las causas ambientalistas. A fuerza de exagerar terminan ocultando los problemas reales y dificultan las medidas de política pública para enfrentarlos. Los "ecolocos" han hecho un enorme daño a las causas ecológicas en temas como los transgénicos, el calentamiento global, la energía nuclear, los animales en los circos y la basura en el mar.
Seguramente usted ha escuchado, por ejemplo, de la gran isla de basura. "El vórtice de basura es un área del tamaño de Texas en el Pacífico norte en que un estimado de seis kilos de plástico por cada kilo de plancton natural, junto a otra basura de lenta degradación, giran lentamente como reloj, llenos de peces, mamíferos marinos y peces atrapados muertos. Algunos plásticos en el giro no se degradarán en la vida de los nietos de quienes los tiraron" (Greenpeace, "The Trash Vortex"). La visión de esta gran nata flotante ha inspirado a donadores a aportar millones de dólares a organizaciones ecologistas y llevó a la prohibición de las bolsas de plástico de supermercado en muchos lugares del mundo.
Estas organizaciones nunca aclaran que las bolsas son una parte minúscula del problema de contaminación por plástico. Tampoco se molestan en señalar el hecho ya comprobado que la gran isla de basura no existe. El artículo "Isla de basura" de la Wikipedia en español habla de una "mancha de basura oceánica" de alrededor de 1.5 millones de kilómetros cuadrados. Algunas organizaciones advierten de la presencia de hasta 100 millones de toneladas de basura en los océanos (scribol.com, "The North Pacific Gyre: 100 million tons of Garbage and Growing). Han difundido incluso supuestas fotografías con una enorme acumulación de basura sin explicar que fueron tomadas en desembocaduras de ríos particularmente contaminados, pero no en el océano. La famosa mancha de basura del Pacífico no se puede ver a simple vista ni es detectable por satélite.
Andrés Cozar, investigador español de la Universidad de Cádiz, calculaba originalmente que los océanos acumulaban un millón de toneladas de desperdicios (sfgate.com). Era una estimación moderada dado que en el mundo se producen 280 millones de toneladas de plástico cada año (algalita.org), muchas de las cuales se vierten en ríos que desembocan en los océanos. Después de tomar muestras en 141 lugares distintos, sin embargo, Cozar ha reducido dramáticamente su estimación a entre 7 mil y 35 mil toneladas.
La mayor parte de estos residuos no son bolsas de supermercado sino pequeños fragmentos o microplásticos. Carey Morishige del Programa de Desechos Marinos de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) de Estados Unidos señala que no hay una isla de basura en el Pacífico, pero sí varios puntos en los océanos con mayores concentraciones de fibras plásticas (response.restoration.noaa.gov).
El plástico en los océanos se está degradando. No es claro si esto es producto de la combinación del sol y el agua marina o si algunos microorganismos se lo están comiendo. Lo que sabemos es que el plástico que flota en los océanos es mucho menor al que habríamos podido esperar y no se presenta en piezas completas sino en pequeños fragmentos.
La presencia de miles de toneladas de microplásticos en los océanos es un tema ecológico que debe estudiarse. No conocemos las consecuencias en los organismos marinos. Pero una cosa es estudiar lo que existe y otra inventar islas de basura para prohibir bolsas de plástico en los supermercados o para obtener dinero de donadores ingenuos.
SAQUEOS
Este fin de semana hubo saqueos de vehículos con producto alimenticios en la Autopista del Sol por parte del movimiento de Ayotzinapa. Si el gobierno de Peña Nieto no se atreve a aplicar la ley, mejor que legalice el robo en carretera. Así, por lo menos, todos sabremos a qué atenernos.
Twitter: @SergioSarmiento