El Instituto Nacional Electoral acaba de darle una bofetada a los ciudadanos y una patada a la democracia. La autoridad electoral acaba de argumentar que aunque el Partido Verde violó la ley en "repetidas ocasiones", las faltas "no fueron de la gravedad suficiente para dejarlo sin registro". Vaya burla. Vaya broma. Vaya manera de desacreditar el proceso electoral y a la institución creada para vigilarlo. Con su decisión, el INE manda un mensaje y ése sí es muy grave. Los partidos pueden mofarse de la legislación electoral y no habrá consecuencias. Los partidos pueden saltarse todas las trabas y no habrá castigo. Los partidos pueden ignorar las reglas cuantas veces quieran y no habrá sanción. O será tan menor que tienen incentivos para seguir actuando así. El INE y el Verde han marcado el mapa de ruta de lo que será el proceso electoral en el país de ahora en adelante: haz trampa que no es grave.
No es grave arrancar la promoción electoral siete meses antes de los contendientes. No es grave rebasar el tope de gastos para publicidad ni diseminar 300 mil spots de falsos informes legislativos. No es grave la promoción ilegal en cineminutos. No es grave la entrega ilegal de kits escolares ni lentes ni tarjetas de descuento ni paquetes de tortillas envueltos en papel promocional. No es grave violar la equidad de la contienda. Cualquier partido podrá hacer lo mismo y acumular multas que pagará con prerrogativas después de ganar. No importa cúantas veces viole la ley, el INE jamás le quitará el registro por considerarlo "desmedido" y "desproporcionado". El INE dirá que las conductas ilegales fueron sancionadas y hubo intervenciones correctivas. Dirá que hubo reproches jurídicos. Dirá que se preservó el Estado de Derecho. Dirá misa, pero ya no importará. El precedente que acaba de sentar es un golpe brutal para su credibilidad y para la del proceso electoral de aquí en adelante. Ahora las elecciones serán a la Verde y el INE lo va a permitir.
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