El sargento Mark Horsley del Departamento de Policía de Vancouver, en Canadá, realizó un experimento social en el que fingió ser una persona paralizada con trauma cerebral, con la intención de atrapar a presuntos delincuentes que se pudieran aprovechar de una persona con discapacidad.
Así fue como el agente salió en silla de ruedas a las calles de la ciudad, pero lo que estaba por sucederle jamás lo esperó, pues resulta que todas y cada una de las personas que se lo encontraron jamás le hicieron daño, por el contrario, siempre trataron de auxiliarlo.
Horsley dejó dinero visible en su chaqueta para ver como reaccionaban los desconocidos, para su sorpresa algunos le indicaron que tuviera cuidado, otros más se lo guardaron de forma correcta e incluso hubo quienes le dieron unos dólares extras.
La actitud de los civiles inspiró al sargento a seguir con su labor de proteger a las personas más vulnerables de Vancouver y alertó a aquellos que quisieran abusar de estos que tuvieran cuidado, pues los estaban vigilando.
La idea del experimento nació a raíz de la denuncia de dos casos de personas en silla de ruedas que fueron asaltadas con armas blancas.
El agente quedó sorprendido con los resultados de su operación encubierta. (YOUTUBE)
