LA COLUMNA DEL PERRO
Siempre defenderé el derecho de ser criollo, al igual que a los perros criollos que deambulan por la calle, y que sin quererlo se convierten en un problema para la sociedad en general. Pero este problema como lo hemos dicho en reiteradas ocasiones, no es culpa de los perros, se debe a que gente mala "tira" lejos de su casa a su perro cuando ya no lo quiere, cuando le estorba, o es travieso, o cuando está enfermo. A partir de ahí empiezan los problemas para el perro, ya que se queda sin alimento y sin algún lugar seguro donde protegerse y el problema es también para la sociedad en general pues el perro defeca al aire libre, y cuando el excremento se seca es movido por el viento y de esta manera es que pudiéramos ingerir de manera casual, algún parasito o bacteria que pudiera enfermarnos.
Tratemos todos en lo posible, de ser parte de la solución, no se lo dejemos sólo a las autoridades o a las asociaciones protectoras, quienes hacen lo posible por remediarlo, o a las personas que de manera particular ayudan a los perros perdidos, que no son de su propiedad.
A propósito de los perros de la calle les escribo a continuación una canción que canta Alberto Cortez, y que se refiere al perro callejero:
Era callejero por derecho propio, su filosofía de la libertad, fue ganar la suya sin atar a otro, y sobre los otros no pasar jamás.
Aunque fue de todos nunca tuvo dueño, que condicionara su razón de ser, libre como el viento era nuestro perro, nuestro y de la calle que lo vio nacer.
Era un callejero con el sol a cuestas, fiel a su destino y a su parecer, sin tener horario para hacer la siesta, ni rendirle cuentas al amanecer.
Era nuestro perro y era la ternura, que nos hace falta cada día más, era una metáfora de la aventura, que en el diccionario no se puede hallar.
Era nuestro perro porque lo que amamos, lo consideramos nuestra propiedad, y era de los niños y del viejo Pablo, a quien rescataba de su soledad.
Era un callejero y era el personaje, de la puerta abierta en cualquier hogar, y de nuestro barrio como del paisaje, el sereno el cura y todos los demás.
Era el callejero de las cosas bellas, y se fue con ellas cuando se marchó, se bebió de golpe todas las estrellas, se quedó dormido y ya no despertó.
Nos dejó el espacio como testamento, lleno de nostalgia lleno de emoción, vaga su recuerdo por los sentimientos, para derramarlos en esta canción.
Y ahora para terminar una gota de filosofía:
DE LA VIDA NO QUIERO MUCHO, QUIERO APENAS SABER QUE INTENTE TODO LO QUE QUISE, TUVE TODO LO QUE PUDE, Y AME TODO AQUELLO QUE VALÍA LA PENA. Y PERDÍ APENAS… LO QUE NUNCA FUE MÍO.
ADÓPTANOS
Lolo & Pequeño
Lolo: Macho, 1 mes y medio, vacunado.
Pequeño: Macho, 1 mes y medio, vacunado.
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