La religión en la familia
Las creencias religiosas y dogmas de fe han ocasionado innumerables conflictos a lo largo de la historia y lo siguen haciendo en la actualidad. La sociedad ha avanzado científica y tecnológicamente, sin embargo la religión continúa siendo un punto de desacuerdo y motivo de guerras. La intolerancia se erige como esa gran asignatura pendiente de la humanidad, pero en la familia está la posibilidad de cambio.
Hoy en día, la religión sigue estando muy presente entre las familias mexicanas, de generación a generación se transmiten creencias, miedos, pensamientos limitantes, rituales de bautismo, confirmaciones, consagraciones, consignas de aceptar la pobreza y cargar cruces de sufrimiento con promesas de felicidad a futuro, al momento de la muerte, como si cada uno de los requisitos a los que hay que sujetarse y obedecer, fuera un escalón para acercarse a la puerta de la tan anhelada 'vida eterna', para poder entrar a ese lugar en donde no habrá más dolor, llanto, muerte o pobreza, donde todo será felicidad...
Aunque pareciera que un país ya está viviendo el cielo, en la Tierra. Según el estudio más reciente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la felicidad, realizado en 2014, Dinamarca sigue destacando como el país más feliz de entre las 158 naciones evaluadas.
Como se sabe el concepto de felicidad es subjetivo, y el de la ONU está conformado por indicadores medibles como el progreso social de los países y los objetivos de las políticas públicas encauzadas a proveer bienestar a sus ciudadanos. Así pues, en Dinamarca la calidad de vida es alta, predomina la seguridad y la población siente esperanza de vida, su percepción es que poseen libertad para tomar decisiones importantes, la gratitud y generosidad imperan y han logrado lo que todos anhelamos para nuestro país, la ausencia de corrupción.
Se podría decir que un país con tales características estás “bendecido por Dios”, pero aquí va un dato importante: según una encuesta que realizada por The Whashington Post, el 52 por ciento de la población danesa se declara atea.
De acuerdo con el mismo estudio la tendencia del ateísmo sigue creciendo a nivel mundial, esto debido posiblemente a que las nuevas generaciones observan más, cuestionan más y luchan más por su libertad de expresión y de toma de decisiones. Asimismo, ponen en duda la congruencia de la iglesia en general, que por un lado le lanza la consigna a sus fieles de vivir en humildad, pero por otro permite que la mayoría de sus líderes religiosos ostenten una vida rodeada de lujos y privilegios.
RELIGIÓN Y FAMILIA
Todo lo anterior es el reflejo de lo que ocurre en el núcleo familiar. La iglesia impone una serie de reglas y dogmas incuestionables, sin embargo los jóvenes pueden llegar a tener dudas y ante la falta de respuestas congruentes, emprenden su propia búsqueda espiritual, muchas veces oponiéndose a la voluntad de sus padres, quienes no comprenden cómo sus hijos pueden atreverse a romper con la tradición familiar. Esta situación puede generar desde enojo, hasta la ruptura de relaciones en los casos más graves por la falta de apertura mental y entendimiento entre ambas partes.
Hay que comprender que los tiempos cambian. Hoy en día existe una gran cantidad de factores que pueden influir en el surgimiento de inquietudes e interrogantes en los jóvenes con respecto a la fe, sin embargo las generaciones pasadas aprendieron a apegarse a la religión a través de la culpa y el miedo al castigo eterno. En un mundo sin internet y el intercambio instantáneo de información científica y perspectivas culturales que ello implica era más fácil que los jóvenes creyeran en supuestos que si no se cumplían al pie de la letra condenarían sus almas por siempre. Además, castigos como ser arrojado al fuego del infierno, donde el crujir de dientes será eterno, si es que antes no llega a la tierra una bestia con siete cabezas y diez cuernos a cobrar las cuentas de comportamiento moral pendientes, asustarían a cualquiera.
Actualmente nuestros sistemas de creencias puede ser tan variados como el número de religiones que existen en el mundo. Hay padres de familia que se declaran ateos y sin embargo inscriben a sus hijos en escuelas religiosas, para regalarles la oportunidad de que conozcan y decidan por sí mismos su propio camino referente a ese tema.
Cuando se habla de imposición de la fe, en cambio, los hijos la interpretan como una obligación, como una restricción a la libertad de pensamiento y sienten que sus padres no respetan el derecho de elegir al privarlos de conocer algo más allá del sistema de creencias heredado.
ESPIRITUALIDAD Y RELIGIÓN EN LA MODERNIDAD
Por otra parte, es necesario aclarar que religiosidad no es sinónimo de Dios. La religión es un tema que hasta el día de hoy mantiene en conflicto a muchos países por la falta de tolerancia, porque como sociedad no hemos aprendido a respetar la libertad de pensamiento de los seres humanos.
Desde que el hombre tiene conciencia de su existencia ha buscado la manera de explicarla y darle sentido. Las interpretaciones literarias y simbólicas que se han hecho de las historias acerca de la creación han sido motivo de disputa entre los fieles religiosos y no obstante el avance de la ciencia, muchos siguen rechazando tajantemente la teoría de la vida humana surge de un proceso evolutivo, como sustentaba Charles Darwin.
Mientras no se respete la libertad de pensamiento, los conflictos entre las familias, la sociedad y las naciones van a continuar, debemos abandonar la necesidad de querer controlar que el resto de los seres humanos piensen, sientan y actúen conforme a lo que creemos es la verdad de las cosas.
UNA NECESIDAD HUMANA
La religión ha resultado positiva para muchas personas en el mundo, cuando se acercan a una institución religiosa sin importar su denominación, inconscientemente buscan llenar al menos una necesidad afectiva no cubierta, empiezan a darle sentido a su vida a través de la iglesia, si se sienten desamparados encuentran consuelo, conviven con personas con ideas y sentimientos similares a los suyos y comienzan a sentirse parte de algo. La creencia de que hay una existencia divina, superior a uno mismo se refuerza y si experimentan vacíos existenciales le piden a ese ser divino que los llene de amor y les de fuerza para poder sostenerse en pie.
Sentir paz y tener una mejor calidad de vida es posible, tener esperanza en que todo puede ir mejor si nos esforzamos por conseguir y alcanzar el bienestar, haciendo la parte que nos corresponde, es decir, estudiando y trabajando, sin necesidad de heredar miedos y culpas a nadie o entrar en el juego de pedirle siempre el favor a ese ser superior.
Cubrir las necesidades afectivas de los hijos y transmitirles valores y principios es responsabilidad de los papás, los hijos que crecen sintiéndose amados, respetados y apoyados, aprenden a respetar, apoyar y valorar al prójimo, sea cual sea su religión. Un hijo feliz jamás le hará daño a nadie.
Twitter: @Marimar_Centeno