Las macetas cumplen ahora no sólo un propósito funcional, sino también decorativo. (ARCHIVO)
Mantener tus plantas cerca de ti y especialmente protegerlas de las condiciones adversas, es posible desde épocas antiguas gracias a las macetas.
Una maceta es definida por la Real Academia de la Lengua Española como un "recipiente de barro cocido, que suele tener un agujero en la parte inferior, y que, lleno de tierra, sirve para criar plantas", aunque también hay quien las fabrica con otros materiales.
HISTORIA
La historia de las macetas va muy ligada a la de la horticultura, arte que encontró su lugar gracias a que los humanos dieron con la forma de trasladar plantas de un ambiente a otro.
Según se sabe, la cultura egipcia fue de las primeras en utilizar macetas para estos propósitos.
Asimismo, los romanos usaron la técnica para proteger a las plantas del tiempo frío.
Varios siglos después, en el XVIII, el uso de macetas se volvió común para trasladar plantas no nativas en otros sitios a esos lugares, dándoles una cualidad adicional.
ACTUALIDAD
Ahora las macetas siguen permitiendo cumplir con estos objetivos y además sirven como elementos decorativos o arquitectónicos, dándole un aspecto diferente tanto a residencias particulares como a sitios públicos.