Las protagonistas de esta Crónica Urbana son Rosa María y Luly Arredondo Fraire, un par de mujeres gomezpalatinas que desde hace casi 25 años comenzaron con la venta de los tamales típicos de La Laguna, esos que van rellenos de guisado rojo, verde, rajas con queso, y dulce; ellas, desde Gómez Palacio, platicaron que como hermanas han ofrecido estos ricos tamales a sus clientes de todas partes de la región lagunera.
Una a la otra se "echan la mano"; Luly dijo que entre las dos desde los 90’s comenzaron a vender en pocas cantidades, casa por casa, destacando la receta como lo mejor que han ofrecido, pues el secreto para estos tamalitos lo recibieron de su concuña.
En sus inicios comenzaron en el Parque Morelos, hoy en día sólo se ubican ahí en la temporada del mercadito navideño; para el resto del año, su lugar es afuera de una conocida farmacia sobre la calzada Agustín Castro.
Para abrir el apetito de los lectores, doña Luly platicó cuáles son los tamales que buscan más sus clientes.
Para una merienda o una cena tal cual, comentó que en ocasiones sus clientes ya están a la espera de su llegada con una pequeña fila y este par de hermanas reafirma que sus tamales son los favoritos de muchos, pues el considerable tamaño, la calidad y el precio es bueno, y sirve que no alteran demasiado el bolsillo de los consumidores.
Se sienten contentas por que son bien correspondidas; desde antes de las siete de la tarde, de lunes a sábado, la gente está a la espera, por lo que se apresuran entre las dos para bajar sus ollas de tamales y luego comenzar la venta.
Cabe señalar que para Rosy y Luly no es necesario poner ningún anuncio, pues su producto se agota todos los días, y por sus limpios y coloridos mandiles azul y rojo, característicos de la mujer mexicana hogareña, son bien distinguidas por sus clientes, de modo que muchos ya las han bautizado como "las señoras de los mandiles".
El suyo es un negocio meramente familiar, en el que la portavoz es Luly porque Rosy dice que es buena para la cocina pero no para charlar con los medios.
"Son tamales con mucho amor", así les dijo uno de los tantos clientes que se paran frente a las ollas todas las noches a pedir desde uno, hasta toda la olla para llevar.
Ambas mujeres se sienten bendecidas de además ser hermanas, ser compañeras de trabajo, y a sus clientes, les recuerdan que siempre los esperan.
Luly al final reiteró donde se encuentran todas las noches para que pasen a probar estos sabrosos tamales, recién salidos de la olla.
Para Rosy y Luly no es necesario poner ningún anuncio, pues su producto se agota todos los días, y por sus limpios y coloridos mandiles azul y rojo, característicos de la mujer mexicana hogareña, son bien distinguidas por sus clientes. (ARCHIVO)
