Marcel Duchamp, Boite-en-Valise, 1936.
Los medios actuales para producir arte son diversos. En este contexto, los creadores visuales han encontrado en el libro de artista una importante alternativa de expresión para sus ideas relacionadas con el grabado, el diseño gráfico, la imprenta y demás géneros que convergen en este concepto.
Hablar de un libro de artista supone hablar de una expresión plástica que tiene sus raíces en la segunda mitad del Siglo XX. Una alternativa, que si bien no es nueva, sí goza actualmente de un renovado auge y es puesto en práctica por diversos artistas alrededor del mundo.
No se trata de un libro de arte, sino de una obra de arte en sí misma. Para entender lo que es como concepto es necesario conocer primero algunas definiciones importantes para después dar paso a la interpretación y comprender el porqué de su significado, como el mismo objetivo del arte.
En su libro Esthétique du Livre d'artiste, la crítica francesa Anne Moeglin-Delcroix describe que El libro (de artista) es, tanto históricamente como por su propia naturaleza, un medio concebido para conferir prioridad al mensaje. Esa es una de las principales razones que avalan su aparición en el mundo del arte en los años setenta. [...] La forma en el libro de artista, pertenece a la concepción del libro y comienza con ella, en la medida donde el tema del libro comprende la exigencia de su puesta en libro.
La crítica de arte mexicana Teresa del Conde, en su artículo Libros de artista: Codex México, publicado el 13 de marzo de 2012 en el periódico La Jornada, señala que Un libro de artista difiere de uno común y corriente, incluyendo los volúmenes de arte, en que éste denominado “libro”, es en sí una pieza artística que puede o no ser atractiva, pero que se basta a sí misma. Está en manos de un autor artista, no de editores de obras gráficas...
Sara Lillian Aroeste Meshoulam en su tesis doctoral Libro de artista: espacio alternativo. Un repaso de evidencia mexicana, señala que El libro de artista resulta ser una pieza de arte objeto que alude al libro en donde se combina la representación y el contenido para crear algo más que un simple contenido de información.
Es decir, el espectador común de un libro deja de serlo al introducirse de forma activa en el proceso de observación de la obra. Tal vez esta ni siquiera tenga palabras, ni hojas, ni papel, ni pastas y a lo mucho contenga un simple detalle que evoque la noción de un libro tradicional; sin embargo, aquí el espectador puede usar la manipulación y descubrir cómo todas las partes de este trabajo condensan un significado.
En la mayoría de las ocasiones, se trata de una pieza única sin reproducciones, que rompe con el concepto tradicional de un libro ilustrado.
Así, el libro de artista se encuentra a mediación de la expresión literaria y las artes plásticas tradicionales. Una forma de innovar en las corrientes artísticas que proporciona libertad para la creación de nuevas obras. Evoca a una idea para ser materializada fuera de los estándares tradicionales del diseño de libros.
UNA ARTESANA DEL LIBRO
La artista plástica italiana radicada en Gijón, España, Marianna Nieddu, estudió la licenciatura en Arte en la Facultad de Bellas Artes en Sassari, Italia y se especializó como Técnico Superior en Grabado y Técnicas de Estampación en la Escuela de Artes de Cádiz, España.
Sus obras han sido expuestas en lugares como el Museo de los Instrumentos Musicales en Roma, el Museo Cívico Ala Ponzone de Cremona, el Palacio Merolla de Marano en Nápoles, la Galería de Arte Moderno y Contemporáneo de Bérgamo, la Galería Espacio Líquido y el LABoral Centro de Arte y Creación Industrial en Gijón, entre otros.
En entrevista exclusiva para Siglo Nuevo, explica que para ella el libro de artista significa “una escultura que interactúa con más y diferentes lenguajes artísticos. A veces tiene forma de libro o está compuesta de partes que se pueden hojear como un libro”.
Bajo la marca del movimiento artístico fluxus, dice estar influenciada por las creaciones de la artista japonesa Chiharu Shiota “porque ella como yo, piensa que la creación con hilos es un reflejo de sus propios sentimientos. Me identifico completamente con su pensamiento, desde que trabajo con hilos he encontrado mi real forma de expresarme”.
Dentro de sus diversos premios y condecoraciones, destaca la selección al primer certamen de libro de artista Masquelibro Madrid 2012 con su obra Prisionero. “Recuerdo que me enteré por una amiga y decidí crear un libro de artista para participar”, relata, “siguiendo la línea de trabajo que estaba realizando sobre el 'ser prisionero', decidí crear un libro de artista bajo este mismo título, donde en cada hoja represento el ser prisionero del sentimiento, del futuro, del recuerdo y de las expectativas”.
El trabajo que presentó Nieddu, constituye una estructura de hilos rojos que forman hojas, como madejas planas. “Dentro de sus nudos y cruces se encuentran elementos que definen el concepto al que se refieren, como corazones cortados por la hoja de los prisioneros de los sentimientos o muñecos playmovil cerrados en plástico de burbuja, entrelazados de hilos, los cuales los atrapan”, describe la artista.
Explica que el proceso para crear un libro de artista radica en un concepto o el querer contar algo, para después diseñar y estudiar el formato y los materiales que se usarán. También comenta que se debe definir la finalidad de la obra.“Esto es muy importante, si la función del libro es ser hojeado o que el espectador lo pueda manipular [...] el hecho de que el espectador pueda tocar y sentirse parte de la obra”.
Basada en diversas artes visuales, la técnica con la que realiza sus libros varía en relación a lo que Nieddu quiere contar. En general suele utilizar técnicas gráficas y de escultura que conviven con el elemento identitario del hilo rojo, un material que es para ella “símbolo de cotidianidad y de vida por la facilidad que tiene de anudarse y romperse con la vida misma”.
Actualmente es directora de un espacio artístico en Gijón llamado LaSalita, que funge como un espacio alternativo a las galerías, donde jóvenes o artistas emergentes tienen la posibilidad de exponer sus obras sin tener un currículum con premios o selecciones como respaldo. Además, se imparten cursos y talleres referentes a diversas áreas del arte.
Dentro de sus actividades, LaSalita contará con una exposición de libros de artista en correspondencia al mes del libro. Dicho evento tendrá lugar del 17 de abril al 15 de mayo de 2015 dentro de sus instalaciones. Fue una convocatoria abierta a artistas de todas nacionalidades y cuyo objetivo “no es destacar a un artista sobre otro, nuestro objetivo es dar la posibilidad a 15 artistas de poder mostrar sus creaciones”, finaliza.
UNA SEMBLANZA HISTÓRICA
El artista francés Marcel Duchamp puede considerarse como el antecedente más lejano e inmediato del libro de artista. Su obra Boïte-en-Valise de 1936, que constituye una monografía portátil con 69 reproducciones de trabajos favoritos del artista, es considerado como el primer libro-objeto del siglo XX.
Para Duchamp, esta variante significaba una nueva forma de expresión. Buscó reproducir aquellos cuadros que tanto le gustaban. En una primera instancia pensó en un libro tradicional, pero desistió de la idea. Así que pensó en reproducir sus obras en un museo en miniatura y fue por eso que las metió en una maleta.
Por otra parte, las obras del estadounidense Edward Ruscha se registran como el inicio del auge de los libros de artista. Ruscha (quien está relacionado al movimiento pop) realizó en abril de 1963 la primera edición de Twenty Six Gasoline, un libro-objeto que expone fotografías de gasolineras de la ciudad de Los Ángeles. Además de la publicación de mil ejemplares desplegables en acordeón de Every Building on the Sunset Strip en 1966.
Los paisajes angelinos significaban una gran influencia en el trabajo de Ruscha, aunque siempre lo ha negado. Un artista no puede 'actuar' para el público. Es absurda la intención de querer comunicarse con todo el mundo. Debe alcanzarse una especie de autosatisfacción, indicó el artista californiano en entrevista para la revista española El Cultural.
DISEÑO LATINOAMERICANO
La presencia del libro de artista en Latinoamérica ha impuesto su huella bajo el nombre de reconocidos creadores. En el caribe, la artista puertorriqueña Consuelo Gotay empezó a realizar el arte del libro de artista basándose en poemas de Luis Lloréns Torres, Aimé Cesarie, Pedro Mir, Palés Matos, Nicolás Guillen, entre otros.
Una de las obras más sobresalientes de Gotay es la transformación a libro de artista de las Brujas, en un cuento infantil y juvenil del escritor puertorriqueño Edgardo Rodríguez Juliá; donde, el grabado y las técnicas de impresión, ilustración y encuadernación convierten su trabajo en un elemento digno de admirar.
Mientras tanto, en el cono sur, el artista y militante político argentino Juan Carlos Romero, se involucraba con el experimentalismo en los años setenta. En obras como Violencia de 1977, Romero trata de introducir al espectador dentro de la realidad nacional que se suscitaba en Argentina durante esa época.
Por su parte, el artista mexicano Felipe Ehrenberg, es uno de los pilares más fuertes en el país. Su travesía por los libros de artista comenzó con el uso del mimeógrafo y su adhesión al movimiento fluxus.
Los inicios del trabajo de Ehrenberg, surgen con la fundación de su editorial Beu Geste Press/Libro Acción Libre. Obras como Hungarian Schmuck en coautoria con Terry Wright y Daveid Mayor, engalanan su carrera.
Twitter: @BeatsoulRdz