Leyenda viva. Mujer referente de generaciones enteras que admiraron el sincretismo con el que fusionó lo más elegante de la danza española y la sensualidad colorida del folclor latinoamericano.
La bailarina lagunera Pilar Rioja ha postrado al mundo desde los escenarios. Bailó con los grandes, puso de pie al público de Viena, Rusia, Estados Unidos, Argentina, España, Colombia, Canadá y una veintena de países más, sus seductores pasos atrajeron la mirada de quienes la inmortalizaron en retratos, David Narudnisky, Antonio Peyri y David Alfaro Siqueiros, entre otros.
Una leyenda viva, mujer referente de generaciones enteras que admiraron el sincretismo con el que fusionó lo más elegante de la danza española y la sensualidad colorida del folclor latinoamericano. Un estilo adquirido desde el dominio de la técnica y el acercamiento a lo más selecto de la cultura mexicana.
La Secretaría de Cultura del Distrito Federal, celebrará este mes en el Teatro de la Ciudad a la mítica bailarina lagunera, con un programa entre amigos, donde participará su alumna de Torreón Itziar Muguerza, Sabas Santos de Monterrey, Gabriel Blanco, José Miguel Moreno, José Luis Negrete y Patricio Bruce.
La maestra Pilar Rioja, quien con la fuerza que siempre la ha caracterizado dice estar lejos de retirarse de los escenarios a sus 81 años de edad, conversó en exclusiva con El Siglo de Torreón sobre lo que más le gusta, bailar.
Pilar Rioja es un ícono de la danza española más allá del flamenco...
Sí. Porque luego dicen que la danza española es flamenco y ese género es sólo una de las ramas de la danza española, que es muy rica en matices.
¿Qué es lo que más extraña de los escenarios?
Pues el público. (jajaja) Pero yo no me retiro de la danza, yo voy a seguir pasando todo lo que sé, no pierdo las esperanzas de volverme a presentar, ahora estoy un poco en receso, pero lo voy a lograr, la danza nunca la voy a dejar. Ya sea enseñando, dando mis conferencias o trabajando con el Fonca.
Sigo trabajando con la expresión, el mestizaje, ligando la danza española con América, que empezó desde la conquista con la danza de Ida y vuelta. Durante la Conquista y la Colonia. Un proceso que tocó también a África, el flamenco llegó a mediados del XIX, antes estuvieron las danzas boleras en el Siglo XVIII, que son con zapatilla y muchos saltos, estilo ballet, pero a la española, porque el español no aceptó las puntas y la rigidez del ballet.
Su contacto con la danza fue en casa, por sus padres españoles, ¿cómo recuerda ese Torreón?
Pues muy bonito. Lo añoro, yo siento la danza desde el vientre de mi madre, siempre me veo bailando, sin pensar en la fama o los escenarios. Recuerdo los bailes de beneficencia de mi tierra, las romerías con los paisanos de mis padres, también cuando me rodeaba de artistas, escritores, pintores, escultores, yo me alimenté de ellos además de la técnica, viví la cultura.
¿Fue decisivo su acercamiento con el Maestro Óscar Tarriba en los años cincuenta?
Definitivo. Con él vine a aprender en México. Antes había estudiado en Torreón, veía películas, leía, investigaba, estuve con Magda Briones, con Rosa Velia Vargas tomé ballet, pero fue fundamental el maestro Tarriba, que había enseñado a los grandes del flamenco en México Manolo Vargas, Roberto Jiménez, entre otros.
Todos los que nos dedicábamos a la danza española veníamos con el maestro Tarriba, que era originario de Sinaloa, él había hecho películas, bailó mucho, era un gran maestro, además autodidacta, porque él no fue a España sino ya muy grande, fue un gran coreógrafo adelantado a su tiempo.
¿De ahí a España?
Es que el maestro Tarriba decía que yo no le convenía como alumna porque en un mes ya le había aprendía todo su repertorio (jajaja) era muy cariñoso conmigo, después fue mi gran amigo.
¿Cómo encontró la tierra que sus padres le describían desde niña?
Yo llegué a estudiar. Mi padre me había llevado a ver a Manolo Vargas, este gran artista mexicano que luego fue mi gran amigo y asesor, y él le dijo con quién me mandara a estudiar, el flamenco con el Estampio la escuela bolera del Siglo XVIII con Ángel Pericet, fue quien me relacionó con los grandes maestros del momento.
Yo también me relacioné con la danza mexicana, aprendí el folclor, la danza moderna e hice una mezcolanza para tener un sello propio, que yo pienso que mi estilo se ha caracterizado por toda la fuerza de la danza española y el temperamento, con la dulzura y la sensualidad que tenemos los de por acá (jajaja).
Usted viajó por el mundo bailando danza española, pero como mexicana...
Sí bueno, por ejemplo tengo una anécdota de España donde me decían "Oiga, pero usted es mexicana ¿verdad?", y yo les decía sí, pero de Torreón, y me contestaban "bueno, pero mexicana" y les repetía que sí, pero de Torreón (jajaja) les hacía mucha gracia. Pero bueno, como dije en el último homenaje que me hizo el Gobierno del Estado en el Teatro Isauro Martínez, "Yo soy profeta en mi tierra Torreón y en mi tierra México".
¿Cómo la ha tratado la danza?
Yo no me puedo quejar, me han hecho poemas, han escrito sobre mí, me han hecho pinturas, dibujos, esculturas, en México y en otras partes del mundo. Es difícil ser profeta en tu tierra, pero yo sí presumo eso, yo sí fui profeta en mi tierra, que tanto amo. Estoy muy contenta de tener por ejemplo en este homenaje a mis amigos como Itziarm Sabas, porque somos afines, tenemos pasión por la danza.
Conquistó incluso a grandes intelectuales y artistas mexicanos, de quienes llegó a ser una musa...
Yo siempre me rodeé de gente relacionada con el arte, sí hay que ir a los museos y leer, pero es muy importante conocer a los artistas que viven en nuestro momento, oír sus opiniones sobre el arte, la poesía, la música, la pintura, entonces ellos me veían bailar y me escribían, como mi marido que me escribió tantos versos, me pintaban, hace dos años acabo de recibir un cuadro que me hizo Guillermo Ceniceros, un gran artista mexicano de Durango, así estuve cerca de León Felipe, de grandes artistas mexicanos, españoles, tuve la oportunidad de ir al café con Isabel Lorca, la hermana del poeta, oír sus opiniones, uno se alimenta de ese arte, madura, crece por dentro.
La técnica es muy importante, pero la técnica es una ayuda para expresar el arte, está al servicio del arte, van de la mano, sin técnica no puedes bailar, pero hay que esconderla, dicen los grandes que la técnica hay que aprenderla y esconderla, no se puede improvisar nada, se improvisa, pero dentro de un esquema bien hecho.
¿Mística y erótica del barroco, es una obra clave en su carrera?
Ese fue un programa precioso, que es lo que yo defiendo mucho, hacer las castañuelas haciendo música y a base de la escuela bolera que es con zapatilla. Es una rama que nació en México con el maestro Samperio, el haciendo música con las castañuelas y yo poniendo las coreografías a base de la escuela del Siglo XVIII, esa rama es muy importante porque nació con una mexicana, como yo (jajaja), el maestro era español exiliado acá, además fue un programa que estrenamos acá en los 80 años de León Felipe.
¿Cómo ve la danza española ahora?
Todo cambia. Mira al igual que yo cambié, por ejemplo con los vestidos de Guillermo Barclay, porque me los hizo muy modernos, con un toque español, pero que permitían ver todos los movimientos, es decir me actualicé para estar al día, porque no te puedes quedar atrás, la danza debe ir adelante, ahora el lenguaje también cambia. Aunque hay que tener mucho cuidado con lo que se estiliza.
Ahora se ha popularizado la mezcla, la influencia africana, el ritmo habanera de Cuba, el tango flamenco, que ahora muy socorrido.
Al finalizar la maestra Pilar Rioja, aprovechó para mandar un gran saludo y su más sincero cariño a sus paisanos laguneros, a los que dijo siempre llevar en el corazón, "Un beso enorme a toda mi gente de La Laguna, a quienes pronto espero ver".
Sus obras
Entre las coreografías de Pilar Rioja:
⇒ Retablo del Mirlo Blanco.
⇒ Teoría y juego del duende.
⇒ Mística y erótica del barroco.
⇒ Que pena negra la mía.
⇒ Tres danzas - Carlos Surinach.
⇒ Canciones a Pilar Rioja.