El lagunero Raúl Luna ha decretado outs en los diamantes de la región durante cuatro décadas de su existencia, y sigue activo en la Liga de Empleados y Profesionistas, así como en el softbol magisterial. (Fernando Compeán)
Para una persona normal, el cumplir cuarenta años siendo víctima de reclamaciones, regaños, desacuerdos y hasta recordatorios maternos, no sería motivo de festejo, pero para el lagunero Raúl Luna Torres, es su vida entera. Don Raúl ha dedicado la mitad de su existencia a ser umpire (o ampayer) de beisbol y softbol en distintas ligas de la región, lo que le convierte en auténticamente una leyenda del deporte lagunero en la categoría de juez o árbitro.
PRIMERO JUGÓ
Torreonense de nacimiento, su amor por el rey de los deportes le nació desde pequeño, cuando aprendió los fundamentos del beisbol gracias a su padre, quien le dio los primeros consejos para tomar el bat y lanzar la pelota. Siendo joven emigró al puerto de Veracruz para buscar oportunidades de trabajo, y en su tiempo libre halló en la pelota una perfecta manera de pasar el rato. Jugó en la Liga Sotavento de Veracruz, categoría Primera Fuerza, donde se desempeñaba como jardinero central y se describe como un "buen bat".
Jugó durante su juventud y hasta entrar en la edad adulta, hasta que un buen día lo invitaron a cantar las bolas y los strikes en un juego amateur, cumpliendo su tarea de gran manera, y al caer el out 27 se dio cuenta de que estar detrás del plato "tenía su chiste". Para ese momento ya contaba con 40 años y decidió no desempeñarse más como pelotero, sino ponerse los arreos de umpire y ser la autoridad que llevase a buen término los juegos, algo que ha hecho durante cuatro décadas.
EN TODAS LAS LIGAS
Raúl Luna ha sido juez en todas las ligas que han existido en La Laguna: "he trabajado en la Perímetro Lavín, la Gomezpalatina, las rancheras, algún tiempo estuve en la Liga Mayor de La Laguna y actualmente sigo trabajando en la Liga de Empleados y Profesionistas, y en la de Softbol Magisterial de la Sección 35", asegura con firme memoria. Uno de sus más grandes recuerdos es el haber laborado en juegos con equipos de la Liga Mexicana: "estuve como cinco juegos de equipos profesionales en el Estadio Rosa Laguna, en especial de los Diablos Rojos del México, con quienes venían peloteros como Juan "Dinamita" Hernández y "La Polla" Carrillo, su manager era Benjamín "Cananea" Reyes".
Dice este veterano de los diamantes que no ha sido nada fácil el realizar la labor de umpire por tanto tiempo, pues hay constantes reclamaciones que llegan hasta los insultos, prueba de ello es que cuando quiso encauzar a uno de sus hijos a trabajar en su misma profesión, sólo soportó dos juegos detrás del plato, pues "no aguantó todo lo que le dijeron, en especial los jugadores jóvenes, porque es increíble que los viejos son más respetuosos", aseguró. Además, ha debido realizarse cinco intervenciones quirúrgicas debido a accidentes suscitados durante su trabajo, por lo que en numerosas ocasiones sus familiares, en especial nietos y bisnietos le han incitado a jubilarse. Pero el amor de don Raúl por el beisbol ha sido tan grande que él se mantiene activo a pesar de las incomodidades que le pueda causar su trabajo, pues lo disfruta a cada oportunidad, "tengo ya ochenta años, ya estoy viejo pero aquí sigo en la guerra", finalizó.
Ha visto a los mejores
En su andar por los diamantes laguneros ha tenido oportunidad de observar de cerca y ser umpire en jugadas realizadas por grandes peloteros como los hermanos Navarrete, Antonio Moreno, Manuel Salinas, Antonio Argumedo, Isidro "Chilo" Lozoya, "Tino" Berumen, "Chamaco" Llamas, entre otros, quienes asegura siempre fueron muy respetuosos de las decisiones que tomaba como umpire, lo que engrandecía aún más su nivel de excelencia como jugadores. Y es que dice don Raúl que "ahora cualquiera que agarra un bat y se pone un casco ya se cree pelotero, y no es así. Hay que tener respeto por el juego y por los compañeros, no meterse con el umpire como ahora se acostumbra".
