(Primera de dos partes)
Uno de los dos sobrevivientes del Zacatepec campeón de Liga de la temporada 1954-1955 es Fernando "La Cira'' Dávila, el otro es Raúl "El Güero'' Cárdenas, dos jugadores históricos del futbol mexicano y símbolos de los Cañeros, equipo fundador de la Segunda División y primero en lograr el ascenso a Primera División.
Con orgullo "La Cira" Dávila cuenta que ha estado en el Zacatepec desde el primer ascenso en la temporada 1950-1951 cuando le ganaron al Toluca por dos goles a cero el siete de mayo del 51, hasta el último descenso de los Cañeros en el torneo 1984-1985, ocurrido el 19 de mayo del 85 al perder contra Necaxa por un tanto a cero, en el primer caso como jugador y en el segundo como entrenador.
"Modestia aparte fui un jugador clave en el ascenso de la temporada 50-51 y en el regreso del equipo en el torneo 62-63'', narró Fernando anteayer lunes vía telefónica desde su domicilio particular en Zacatepec, Morelos.
"La Cira'' Dávila recuerda que nació un dos de junio en la Ciudad de México, pero no sabe en cual año, pues cuando era pequeño se quemó la humilde vivienda que habitaban en la colonia Santo Tomás, siendo consumida en su totalidad por el fuego, desapareciendo su acta de nacimiento, por ello no puede precisar el año de su nacimiento, aunque estima que tiene 85 años de edad.
El apodo de "La Cira'' le viene de doña Cirila, la señora que lo cuidaba de pequeño mientras su madre trabajaba en la Nevería Vikin de la Ciudad de México. Hijo único y muy inquieto, doña Cirila le recomendó a la mamá de Fernando que lo internara en el Hospicio Nacional Infantil, ubicado en Tlalpan, cerca del Parque Asturias, por lo que desde pequeño asistía a los partidos de futbol celebrados en ese desaparecido inmueble, en donde vio jugar a Isidro Lángara, al "Pirata" Fuente, al "Chavo" Urquiaga, el portero que había dejado el Barcelona para jugar en México, entre otros.
Recuerda que en ese hospicio había dos secciones por separado, una para niños y la otra destinada a niñas. Vivió varios años en ese orfelinato, en el cual se formó. Considera que Dios siempre estuvo a su lado y le ayudó a ser un hombre de bien. En el internado cursó su instrucción Primaria.
Posteriormente ingresó a la Vocacional, en la cual formó parte del equipo de futbol, el cual competía en un torneo que se jugaba en el campo Vivanco, en ese entonces conoció a Manuel Osorno, centro delantero del conjunto San Fernando, quien era el segundo a bordo del contratista que tenía a su cargo la construcción de una bodega en el Ingenio Emiliano Zapata.
Un domingo Manuel Osorno lo invitó a visitar Zacatepec, debiéndole pedir permiso a su mamá para realizar el viaje al Ingenio. El autobús salió con retraso, llegaron primero a Cuernavaca y antes de llegar a Zacatepec le dio miedo al ver el puente de Apatlaco, que era de madera en ese entonces y se mecía como un columpio. Tenía 20 metros de largo y se le hizo eterno pasarlo.
Al llegar a Zacatepec lo primero que vio fue la alberca con sus trampolines, ubicada a un lado del campo de futbol, el cual estaba cercado por un alambrado y tenía una pequeña tribuna. Nunca imaginó que iba a ser el escenario de las grandes hazañas y momentos tristes de los Cañeros. Le gustó mucho la población por las instalaciones deportivas que tenía, ya que contaba con cancha de basquetbol, frontón, campo de beisbol y una plaza de toros.
Al bajar del autobús se llevó un gran susto, pues venía entre los pasajeros un hombre que traía un machete atado a la cintura, paliacate y sombrero veracruzano, acompañado de tres o cuatro mozos, que semejaban una pandilla. Los dejó pasar por un lado, le impresionó mucho su presencia, posteriormente supo que se trataba del "Viejo Solano'', cañero de la localidad.
Después del ajetreado viaje se fueron a descansar a una galera, en la cual había siete u ocho catres de tijera, en los que dormían los trabajadores que estaban al mando de su amigo Manuel Osorno. Posteriormente fueron a conocer las instalaciones del Ingenio y al término del recorrido asistieron a un partido de futbol, en ese entonces se jugaba a las cuatro de la tarde.
Zacatepec lo dejó impresionado y le gustó para quedarse a vivir. A su regreso a la Ciudad de México comentó a su mamá que le habían ofrecido trabajo en el Ingenio Emiliano Zapata y estaba entusiasmado con la propuesta. Con el consentimiento de su madre se fue a trabajar a la Selva Cañera, tenía en ese entonces 16 ó 17 años.
Manuel Osorno era muy conocido en el Ingenio y de inmediato integró a Fernando "La Cira'' Dávila al Club Deportivo Zacatepec, que en ese entonces participaba en una Liga Amateur del Estado de Morelos y era dirigido por Gabriel Díaz Garcilazo, mejor conocido como "El Tribilín'', quien era primo de Horacio Casarín.
Con el patrocinio del Ingenio el Zacatepec ingresó en 1950 a la Segunda División, de la cual fue fundador y primer campeón, logrando el ascenso al mando de don Ignacio Tréllez. Ningún equipo ha tenido un debut tan exitoso en Primera División como el de los Cañeros, que derrotaron al Veracruz por ocho tantos a cero el 29 de julio de 1951 en el Estadio Agustín "Coruco'' Díaz.
(Concluirá el próximo miércoles.)'