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Spa para niñas

Los estereotipos se adueñan de las fiestas

Spa para niñas

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Jessica Ayala Barbosa

A nivel mundial está tomando fuerza un concepto de fiestas infantiles denominado “spa para niñas”, el cual ofrece servicios de belleza a las pequeñas en sus cumpleaños. A pesar de su éxito, esta propuesta “recreativa” ha generado opiniones encontradas por reforzar los estereotipos femeninos y prácticas de belleza a muy temprana edad.

No hace muchos años que una piñata, globos, un pastel -no tenían que ser de un personaje, a veces ni siquiera de un color específico- y un montón de amigas, amigos, primas y primos era todo lo que se necesitaba para vivir un cumpleaños perfecto. Sin embargo los tiempos cambian y de un momento a otro sobrevino la fiebre las fiestas temáticas donde los dibujos animados de moda o las siempre vigentes princesas se adueñaron de la celebración.

Pero todo se transforma y de entre las nuevas formas que están tomando las fiestas temáticas, llama la atención una que se desarrolla bajo el concepto de “spa para niñas”. Se trata de una tendencia que a pesar de no tener más de cinco años de existencia ya tiene presencia en países como España, Alemania, Colombia, Costa Rica, Argentina y México, por mencionar sólo algunos.

Las empresas dedicadas a organizar celebraciones de este tipo ofrecen (por lo regular a domicilio, aunque también hay salones especializados) una serie de servicios de belleza para cumpleañeras de entre cinco y 15 años de edad: manicura, mascarillas faciales, masajes relajantes, peinados y maquillaje. Algunos incluyen la organización de concursos de belleza o minidesfiles de modas con las invitadas y hasta la aplicación de tatuajes temporales. ¿Cosas que toda niña desea en el día de su cumpleaños?

ALIMENTAR UN ESTEREOTIPO

A simple vista los spa para niñas podría parecer una propuesta muy original, divertida e inocente. Algunas empresas incluso promueven su servicio bajo la etiqueta de “educativo”, señalando que inculcan entre las menores “una imagen positiva del bienestar y del cuidado personal”.

No obstante, lo hacen en una línea tradicional y unilateral que al mismo tiempo que hace negocio con el estereotipo de género ayuda a reproducirlo. El mensaje que transmiten es que la mujer debe estar siempre 'bella', se le da una importancia crucial al factor estético, y si a eso se le suma la consabida decoración y trato de 'princesas', el cuadro de la “mujer perfecta” está completo.

¿Realmente necesitan las niñas todo esto? Las opiniones se pueden dividir, lo cierto es que si no lo necesitan, al menos sí lo demandan, he ahí la razón del auge de este tipo de negocios.

“Los conceptos de spa para niñas surgen porque hay quien está dispuesto a pagar por un servicio así. Las niñas están expuestas a patrones culturales, sociales y económicos que les dicen que está bien ser una mujer 'guapa, bonita, atractiva'”, señala una especialista en género.

Un patrón que puede observarse en todas partes; en la televisión, en internet, en los espectaculares de las calles. La publicidad se vale de la imagen de la mujer 'atractiva' (según los estándares de belleza en boga) para anunciar todo tipo de productos, aunque no exista ninguna relación directa entre ambos conceptos, desde perfumes, leche y chocolates hasta talleres mecánicos, por mencionar sólo algunos ejemplos.

Entonces, “¿por qué estaría mal ser tratada como una mujer? El problema es que el concepto de 'mujer' al que están expuestas es limitado, carente de profundidad y de análisis. Siempre es más fácil llevarlas a ser una 'princesa' que sentarse a platicar con ellas y diseccionar la realidad”.

Vivir conforme a un concepto limitado de lo que es ser mujer, más aún si este está fundamentado en la apariencia física, desencadena diversas problemáticas que no son desconocidas por la sociedad actual. Están por ejemplo el incremento de casos de desórdenes alimenticios como la anorexia y la bulimia, así como de la demanda de cirugías estéticas por parte de menores de edad. Según han reportado algunos cirujanos plásticos a nivel mundial, cada vez son más las niñas y niños de entre 8 y 9 años se acercan a sus consultorios para solicitar un procedimiento estético para parecerse a sus celebridades favoritas.

HIPERSEXUALIZACIÓN, TELÓN DE FONDO

Según analistas, la 'hipersexualización' de la infancia es el trasfondo del surgimiento de tendencias como la de los spa para niñas. El término hace alusión a la sexualización de expresiones, posturas o códigos de la vestimenta considerados como demasiado precoces.

La psicóloga Olga Carmona, experta en Psicopatología Infanto-Juvenil, reproduce en su blog (http://psicologiaceibe.blogspot.mx/) una entrevista en la que habla acerca de este fenómeno. En ella indica que desde 2007 la Asociación Psicología América (APA) denunciaba la tendencia sexualizadora de los niños de las sociedades modernas, un fenómeno reflejado en todos los productos dedicados al público infantil: ropa, juguetes, videojuegos y series de televisión, lo cuales enfatizan los beneficios que el erotismo puede proporcionar, sobre todo a las niñas.

Este estudio reflejó que las niñas, a partir de los cuatro años son bombardeadas con modelos de éxito social que triunfan en la vida por tener aquellos atributos físicos que el mercado impone, no por cualidades personales ni profesionales. En definitiva, decían, que la sexualidad acaba por excluir otros aspectos de la personalidad y se convierte en el único parámetro válido para juzgar la valía de un individuo, señala el texto de Carmona.

La psicóloga menciona que las actividades de las pequeñas ya no son jugar con plastilina, colorear o aprender a andar en bicicleta, ahora se empeñan en tener el tipo de Beyoncé, bailar como Shakira, vestir tops y minifaldas que dejen su ombligo al aire, y se preocupan por cuándo sus padres les darán permiso para hacerse un tatuaje, un 'piercing' y un aumento de mamas que les permita volver locos a los chicos, todo esto gracias a un proceso de endoculturización que les dice que eso es lo que la sociedad más valora.

Claro está que tanto hombres como mujeres somos seres sexualizados, el problema es cuando esa sexualidad te 'cosifica' u obliga a adquirir patrones con los que aún ni siquiera se tiene la edad para saber si se está de acuerdo con ellos pero que el entorno remarca como deseables o aceptables.

Como sociedad, debemos tener cuidado de los mensajes que transmitimos a los pequeños, pues todo está interrelacionado, y seguir alimentando la hipersexualización puede, contribuir de algún modo al aumento de otros problemas fuertes como la trata de personas (que en México es alarmante, la CNDH estima que alrededor de 16 mil infantes viven en condiciones de esclavitud sexual), y los cada vez más frecuentes embarazos entre adolescentes.

En España por ejemplo, la expansión de los spa para niñas, sobre todo de la franquicia Princelandia Party & Beauty, un modelo exitoso que está planeando llegar a países como Angola, Inglaterra, Estados Unidos, y algunos otros de latinoamérica, ha generados fuertes críticas y movilizaciones de organismos que demandan programas educativos alejados de estereotipos nocivos para las mujeres.

Los padres de familia deben saber que aunque siguen existiendo patrones muy bien definidos acerca de qué es ser hombre y qué es ser mujer, educar a sus hijos e hijas sin estereotipos de género es posible.

“El primer paso es cuestionar, cuestionar todo e informarse con respecto a esas dudas, poco a poco te vas enterando de que hay muchas formas de relacionarse en el mundo que están lejos de los medios de comunicación masivos, de las marcas de ropa o de las exigencias de ser bonita, delgada, blanca, atractiva y siempre joven”, concluye nuestra especialista en género.

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