Todavía batallando con los estragos de una lesión que le provocó Thunder, el Último Guerrero no dudó en jugarse la cabellera contra el enmascarado, así que tras firmar el contrato espera que el australiano haga lo propio para encontrarse cara a cara el próximo 1 de enero en la arena México.
Sin Piedad. Así enfrentará el lagunero a su enemigo, con quien ha crecido un pique poco común en la carrera del esteta mexicano, "tengo 26 años como luchador profesional y gracias a mi preparación nunca me había lesionado hasta esta ocasión luchando contra Thunder, he estado tocado, pensé que iba a tardar mucho tiempo en volver pero nunca me he rajado, aquí estoy listo para lo que venga".