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El coloso del Nazas: 70 años de la presa 'El Palmito', expectativas y realidades

La presa aseguraba que la superficie de riego en La Laguna dependería de su volumen de almacenamiento

La 'gran presa'. El Palmito fue una de las construcciones de ingeniería hidráulica más ambiciosas en el país, tomó 10 años su construcción y se invirtieron más de 70 millones de pesos durante dos gestiones federales. (Ramón Sotomayor)

La 'gran presa'. El Palmito fue una de las construcciones de ingeniería hidráulica más ambiciosas en el país, tomó 10 años su construcción y se invirtieron más de 70 millones de pesos durante dos gestiones federales. (Ramón Sotomayor)

FABIOLA P. CANEDO

La presa Lázaro Cárdenas, conocida también como "El Palmito", cumple hoy 70 años de su inauguración. Se trata de una de las obras de ingeniería hidráulica más importantes de Latinoamérica. Su construcción tomó 10 años, con una inversión federal que entonces superaba los 70 millones de pesos.

Con este proyecto, se esperaba asegurar ciclos agrícolas con un volumen de mil 200 Mm3 de agua para el riego en la región Lagunera, en promedio, y el plan original proponía incluso la construcción de una planta hidroeléctrica para generar energía que se destinaría a la extracción de agua de pozos a muy bajo costo, lo que no se concretó debido a lo irregular de los escurrimientos en el Nazas.

La presa se localiza en el municipio de Indé, en Durango. Tiene una capacidad total de cuatro mil 278 millones de metros cúbicos (Mm3), que es el Nivel de Aguas Máximo Extraordinario (NAME), mientras que el Nivel de Aguas Máximo Ordinario (NAMO) es de dos mil 689 Mm3.

INAUGURACIÓN

El 6 de octubre de 1946, el entonces presidente de la República, Manuel Ávila Camacho, acompañado por el expresidente Lázaro Cárdenas, visitaron la región de Palmito para inaugurar la obra, a la que se referían como la "gran presa", pues en su momento fue de las más grandes a nivel mundial.

El Siglo de Torreón publicó en su edición impresa que Ávila Camacho, por medio de un botón electrónico, abrió la compuerta de uno de los tres túneles y recibió un abrazo del general Cárdenas, en honor a quien se nombró la infraestructura hidráulica, esto mientras corría el agua al lecho del río Nazas.

La cortina de El Palmito era considerada de las más altas del mundo y la obra en sí estaba entre las cinco de mayor relevancia a nivel global. El costo total de la presa fue, en ese momento, de 70 millones 336 mil pesos. La capacidad del vaso era de tres mil Mm3, la altura en la cortina de 92 metros, con una capacidad del vertedor de 6 mil m3/s.

La inversión durante la administración de Lázaro Cárdenas fue de 19 millones 826 mil pesos y con Ávila Camacho, de 50 millones 510 mil pesos. La operación estaba a cargo de la entonces Comisión Nacional de Irrigación, que posteriormente sería la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

La Laguna era considerada como la zona agrícola más importante del país, crecían las inversiones en este sentido y el régimen irregular del río ponía de manifiesto la necesidad de una presa para este sector, por lo que se eligió en El Palmito, a tres kilómetros aguas abajo de la confluencia de los ríos de Ramos y El Oro.

Debido a la importancia agrícola, en el proyecto original la presa alimentaría a una hidroeléctrica, por lo que uno de sus tres túneles sería utilizado para generar energía eléctrica y no contaba con compuerta, pues se instalaría tubería de presión para llevar el agua a las turbinas de la planta eléctrica que generaría 40 mil caballos de fuerza, a destinarse en la extracción de agua del subsuelo en la Comarca Lagunera, por medio de norias, "en forma económica y eficiente".

De esta forma, los otros dos túneles proporcionarían gastos de 90 a 140 metros cúbicos por segundo (m3/s). Sin embargo, este proyecto nunca se concretó debido a que el río Nazas nunca ha sido constante en sus avenidas y ello requería un flujo constante de agua.

Se construyó además una estatua de Cárdenas de 9 metros de alto por dos de pedestal, flanqueado por estatuas de un campesino y un obrero.

TEMOR

En la región, una tendencia contradictoria a la obra hablaba de que "encadenar al Nazas" sería funesto para la Comarca, dadas sus especiales características. Existía un ambiente de alarma, no tanto por el tema ecológico sino por la pérdida de volumen en la evaporación y en la infiltración al subsuelo.

Entre los agricultores había el temor de que se perdieran grandes volúmenes debido a la distancia de las hectáreas a regar, así como por la evaporación, que según los técnicos, no llegaría al 1 por ciento, mientras que por el primer factor se generarían pérdidas los primeros 10 a 20 días, pero una vez impregnado el lecho, el agua tomaría su cauce uniforme.

La presa aseguraba que la superficie de riego en La Laguna dependería de su volumen de almacenamiento. En el 46, el volumen medio de las avenidas anuales era de mil 200 Mm3, pero ese año fue más seco que los anteriores, pues sólo se había logrado captar 500 Mm3.

NEGOCIACIÓN

La presa Lázaro Cárdenas originalmente sería construida en el Cañón de Fernández, cerca de donde se ubica actualmente la presa Francisco Zarco. Pero el proceso tomó varios años. De acuerdo al texto Estudio del Río Nazas, desde el 15 de mayo de 1897 se comenzaron a hacer los levantamientos topográficos y perforaciones de prueba en ese sitio, habiéndose terminado las explotaciones en 1901. Como resultado de los estudios y de un informe geológico, se resolvió en definitiva que se construyera una presa en el Cañón de Fernández. Se celebró incluso un contrato con la firma Pearson, de Londres, Inglaterra, con el objetivo de ampliar los estudios e iniciar la construcción.

En junio de 1910, la empresa rindió un nuevo informe suplementario en el que proponía una presa en el sitio conocido como El Palmito. En febrero de 1926 se realiza la primera reunión de la denominada "Asociación para el Fomento de la Presa sobre el Río Nazas", en la que participaron más de 70 personas de élite social y política local, incluyendo a los entonces gobernadores de Coahuila y Durango, el presidente de la Asociación fue Plácido Vargas, un terrateniente de río abajo.

Tras años de negociación con los terratenientes de la época para la construcción de la presa en El Palmito, finalmente se concreta en 1936. La presa se convirtió en el complemento hidráulico indispensable para llevar al éxito el ambicioso proyecto del reparto agrario de Lázaro Cárdenas.

En 1936, la presa era un cañón formado por dos cerros a través del cual corrían libremente las aguas del Nazas, donde se construyó la obra de ingeniería.

En el primer proyecto, la presa tendría una capacidad de mil 812 Mm3 y el embalse cubriría un área de seis mil 800 hectáreas, pero la obra definitiva fue mayor, con una capacidad de tres mil Mm3 y un área de 11 mil 155 hectáreas. El 5 de diciembre de 1929, el Gobierno federal declaró de "utilidad pública" la construcción de las obras de regularización del Nazas. Los estudios y proyectos los continuó en 1930 la Comisión Nacional de Irrigación.

En 1936 se iniciaron las obras, que siguieron sin interrupción durante 10 años, pero no quedaron concluidas, pues faltaba la instalación de las unidades hidroeléctricas que permitirían generar corriente a bajo precio y suministrar energía económica para los equipos de bombeo que aumentaban en el área regada del Distrito de Riego de la Comarca Lagunera, así como las obras de distribución que necesitarían acondicionarse. También se contemplaba construir una presa en el río Aguanaval.

Se llamó a la presa una garantía de estabilidad para el ciclo agrícola de la región, pues la superficie variaba de 34 mil hasta 175 mil hectáreas según la disponibilidad de agua, de modo que se esperaba que llegaría a 160 mil cada año. Esto además de la prevención de inundaciones devastadoras para los municipios de Torreón, Gómez Palacio, Lerdo y San Pedro.

"Los tres mil Mm3 se podrán almacenar, constituirán un depósito regularizador de que se echará mano en años malos para suplir la deficiencia de las lluvias. También un elemento domesticado, que se irá distribuyendo para bien de los cultivos y sin el riesgo de que se pierdan volúmenes considerables, como ha ocurrido inveteradamente cuando el río arrastra, avenidas como las que, en términos locales, se llaman incontrolables", dijo en su mensaje el secretario de Agricultura, en la inauguración de la presa, hace 70 años.

Entre 1936 y 1946 pasaron por la represa de San Fernando, en Lerdo, volúmenes anuales, en promedio, de mil 281 Mm3, pero sólo se aprovechó el 85 por ciento para el riego. En la región se sembraba algodón y trigo, y en menor proporción alfalfa y vid.

MODIFICACIÓN

En los años 70 se realizaron modificaciones en la estructura del vertedor con el propósito de mejorar el control de avenidas y, de esta manera, regular los gastos de salida para mantener las medidas preventivas para cuidar la seguridad de las personas que habitan cerca de la presa.

En la evolución de la presa Lázaro Cárdenas, hubo varias etapas donde se hacen diferencias en los niveles. En 1972 se llevó a cabo la sobreelevación de la presa y se modifican sus características para controlar el agua que sale, a fin de tener mayor seguridad en la zona conurbada de la región Lagunera. La elevación de la corona de la cortina ya no es la mil 630 sobre el nivel del mar, sino la mil 635 para sobreprotección del vertedor libre y con la finalidad de contar con un tercer vaso.

A principios de los años 90 se realizó una batimetría de la presa, una medición para verificar las condiciones de azolve, con la finalidad de programar con tiempo los trabajes que permitan continuar las operaciones. Con ello, se construyó una nueva curva de relación, elevaciones y capacidad, lo que hizo que se modificaran los datos respecto a las elevaciones y almacenamientos.

En la última revisión que se hizo a la infraestructura, se inspeccionó a fondo la obra y se encontraron detalles menores como la reposición de algunas escaleras y motores, así como el cableado eléctrico, pero nada significativo. En la revisión anual se verifica el estado que guardan las cortinas, los azolves y se inspecciona a detalle el vaso, a fin de detectar cualquier corrección que se requiera.

El vaso hidráulico de la presa cuenta con la posibilidad de almacenar un volumen total de tres mil 336 Mm3, tomando en cuenta 1.04 metros debajo de la compuerta, necesarios para controlar la acción del oleaje. Esa cifra es considerada para la capacidad de control de avenidas de la presa y normalmente no es utilizada para referirse a la capacidad objetivo, por cuestiones de seguridad.

En forma temporal, la presa Lázaro Cárdenas puede almacenar hasta cuatro mil 278 Mm3 de agua, que es el NAME, pero se trata de un volumen que no se puede retener. El NAMO es de dos mil 689 Mm3. A partir del NAMO, la Conagua comienza su estado de alerta ante la posibilidad de abrir las compuertas en forma gradual para evitar riesgos de inundación. Si es el final de la temporada de lluvias y el agua llega al NAMO, ya no hay precupación por descargar, pero si es el inicio o si se acerca algún fenómeno meteorológico, hay que considerarlo.

El manejo de la presa permite recibir agua en forma indiscriminada hasta llegar a ese nivel, pero cuando ya se alcanza el NAMO ello no significa que ya no le cabe más, sino que la Conagua inicia con sus medidas de precaución y a considerar el posible desfogue, a fin de evitar riesgos para las comunidades cercanas a las riberas del río Nazas.

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