
El polémico Punto G masculino
El sexo y las situaciones que lo rodean suponen casi siempre un tema polémico, prácticamente no existen límites en cuanto a opciones, pero dependiendo de diversos factores personales, sociales y hasta religiosos es que se van levantando las barreras de lo permisible.
Uno de esos temas es precisamente el del placer masculino, encontrar el punto del éxtasis de cualquier hombre no siempre es tema de conversación entre los grupos de amistades o familiares en la sociedad occidental, de esta forma la posibilidad de un Punto “G” masculino puede volverse un mito, una leyenda o hasta una fantasía, en algunos casos incluso se le da el tratamiento de algo prohibido.
El llamado Punto “G” es un término utilizado en la sexología para referirse a la zona más sensible dentro de la zona genital femenina, algunos especialistas lo ubican cerca del clítoris, otros cerca del recto y otros incluso hablan de varios puntos erógenos que, unidos en estimulación adecuada, provocan orgasmos intensos y hasta múltiples.
La realidad es que desde que el tema salió a la luz hace varios años sólo ha causado controversia y confusión entre las mujeres, pero también ha alcanzado al plano masculino, en algún momento alguien se preguntó si existía el equivalente de ese Punto “G” en los hombre, y desde entonces se han ofrecido múltiples respuestas.
Una explicación científica y anatómica parece tener la aprobación de gran parte de los sexólogos, pero deberán de ser los hombres de todo el mundo deberán poner a prueba esa teoría, hablamos del hallazgo del Punto “P”.
En el caso de los varones, se le llama Punto “P” porque se trata de la próstata, ese pequeño apéndice en el sistema reproductor que se encarga de producir el líquido protector de los espermatozoides, tiene la forma de una nuez y se ubica muy cerca del ano. Precisamente su cercanía con el recto es lo que causa la mayor parte del alboroto entre los hombres, el temor de experimentar el placer desde ese ángulo tiene que ver con la homosexualidad, la hombría y la definición del macho sexual tradicional.
El Punto “P”, según especialistas, puede estimularse con un tacto suave directo, para eso se debe de llegar a través del ano y palpar de forma gentil la “nuez”, una vez ubicada debe de acariciarse con las yema del dedo hasta llegar a la excitación máxima, obviamente se puede acompañar esa estimulación con otros factores como besos y caricias de parte de la pareja.
La próstata cuenta con múltiples terminaciones nerviosas por su naturaleza anatómica, muchas de esas redes nerviosas se encuentran directamente relacionadas con el reflejo de la eyaculación y el placer, por lo que la estimulación de ese punto puede dar como resultado un orgasmo intenso, uno de los mitos detallan que incluso se pueden alcanzar “múltiples orgasmos”.
El tema con esa teoría es que requiere de experimentación directa, solamente aquellos hombres que se atrevan a probarlo lo descubrirán y decidirán si es algo deseable en su vida sexual, esto de forma independiente a su orientación sexual.
“Estimular la próstata a través del ano no va a convertir a nadie en homosexual, eso es un gran mito que se ha creado en torno al placer de los hombres, obviamente tiene que ver con un tabú, con un muro social de lo que debe ser el orgasmo en un género o en otro”, asegura el sexólogo Silvestre Faya.
Otro mito respecto al Punto “P” es que debe ser estimulado exclusivamente por una pareja, situación que los especialistas han desmentido, pues puede ser objeto de masturbaciones con los dedos propios, con juguetes y con otros objetos, en todos los casos se debe de procurar una higiene adecuada, estimulación y predisposición.
Hay que tener en cuenta que el conocer las zonas sensibles de tu cuerpo no tiene que ver con la preferencia sexual y que en caso de que tengas lo recomendable es consultar siempre a un especialista, además de platicarlo de forma abierta y natural con la pareja.
El punto G se llama así por el Dr. Ernst Grafenburg, a quien se atribuye el descubrimiento de la zona durante la década de 1950.